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Entonces recurre francamente á las leyes fisiológicas que gobiernan la vida, dando al mar pulso, arterias y hasta corazón. ¿Esto por mera fórmula de lenguaje, ú obra así por emplear un símil? No por cierto. Este es el secreto de su poder, esto es lo que arrebató á los hombres de ciencia.

Claro es que nadie censurará á las madres que luchan contra toda esperanza para disputar á sus hijos á la muerte, pero es necesario que la sociedad acuda en auxilio de esos desdichados, con la ciencia y con el cariño, para curar á los que pueda, dar toda la ventura posible á aquellos cuyo estado no deja esperanzas y velar para que las prácticas higiénicas y la comprensión de las leyes fisiológicas reduzcan cada vez más el número de semejantes nacimientos.

Es posible modificar la vitalidad y sus condiciones fisiológicas en un sentido que hace imposible el desarrollo de una enfermedad, es decir, la modificacion patológica del organismo. Ya recogerémos sobre esto materiales para utilizarlos algun dia si Dios quiere. § II. Generalidades.

Que aun suponiendo que esta literatura de moda es muy científica, exquisita y profunda, todavía se puede negar que sea bien encaminada literatura, sino mera extravagancia, ya que no propende a deleitar, sino a enseñar, fin que se cumple mejor que con novelas, con disertaciones fisiológicas, patológicas, histológicas y teratológicas.

Existen, dicen los filósofos naturalistas, razones fisiológicas que explican y determinan este fenómeno, como todos los demás de la vida. No lo dudo. El hombre se halla enteramente sometido á las fuerzas que obran en el seno de la naturaleza, las cuales, á par que engendran, limitan el desarrollo de los individuos y las razas.

Si esto no daba resultado, escuchaba distraído las disertaciones fisiológicas de su suegro: al cabo solía dormirse beatamente en la butaca. Presentación era mucho más expedita. Mira, papá, no me des más jaqueca con el ovario, la fecundación y todo eso. Son porquerías que no debo oír. El confesor me lo ha prohibido. Lo creo respondía con acento profundo el sabio.

Consulté con Neluco esta bestial ocurrencia, y la celebramos los dos con grandes risotadas; pero así y todo, no faltaron un par de razones, fisiológicas también, apuntadas por el médico y discutidas por ambos, para explicar el antojo muy «racionalmente».

§ II. Efectos fisiológicos y terapéuticos. Se admite en la coloquíntida relaciones fisiológicas y terapéuticas muy especiales con los nervios trigéminos y los plexos lumbo-abdominal y sacro.

«Sería una gran imprudencia dar un paso más; si yo aprovechase la excitación de la comida me perdería para mucho tiempo en el ánimo de esta señora; estoy seguro de que ella también se siente excitadilla, de que también está pensando en mis rodillas y en mis codos, pero no es tiempo todavía de aprovechar estas ventajas fisiológicas.... Esta ocasión no es ocasión.... Veremos allá en el Vivero; pero aquí nada, nada; por más que pinche el apetito». Y estaba más fino con Anita, la obsequiaba con la distinción con que él sabía hacerlo, pero nada más.

Julián se apresuraba a replicar, sin meterse en honduras fisiológicas: La casta de los señores de Pardo es muy saludable, gracias a Dios.... Una noche cambiaron de sesgo las confidencias, entrando en terreno sumamente embarazoso para Julián, siempre temeroso de que cualquier desliz de su lengua desbaratase los proyectos del señorito, y le echase a él sobre la conciencia responsabilidad gravísima.