United States or Bolivia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Su señoría ilustrísima bautizo a los niños moros, que aguardaban su venida, como los padres del Limbo el santo advenimiento, y confirmó a los no confirmados, que se contaban a centenares, entre ellos no pocos harto talludos. Doña Inés se lució dando hospedaje al señor obispo, y este se fue del lugar muy maravillado y gozoso de la magnificencia y primor con que allí se vivía.

Dejándolos ir les dejaba perecer en su perfidia; prendiéndoles en las cárceles les dió tiempo, oportunidad y luz para conocer sus delitos y llorar arrepentidos su pecado, y en todo caso así justificó Dios en los unos su causa, y lució en los otros su clemencia.

Cuando lució sobre una cómoda un cabo de vela metido en el cuello de una botella, Isidro pudo ver entre temblonas sombras un antro más pequeño que la cuadra, con el techo de paja y las paredes llenas de escarpias, de las que pendían los numerosos harapos del vestuario de los dos viejos: faldas de gastada seda, levitones llenos de remiendos, sombreros de copa con la seda erizada y contraídos como si fuesen fuelles.

21 Os saludan Timoteo, mi coadjutor, y Lucio y Jasón y Sosípater, mis parientes. 22 Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor. 23 Os saluda Gayo, mi huésped, y de toda la Iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto. 24 La gracia del Señor nuestro Jesús, el Cristo, sea con todos vosotros. Amén.

En la frecuentación de los revolucionarios durante los preparativos del complot no había podido, dominado como estaba por otra idea, poner mientes en las razones que los armaban: el amor a la libertad, el odio a la tiranía, la sed de justicia, el ideal de fraternidad eran incomprensibles para el enamorado vengador; pero, cuando arrestado y enjuiciado, conoció el trato brutal de la policía, la inconsciencia de los jueces, el heroísmo de los conjurados; cuando se vio desterrado de la patria; cuando observó, recorriendo el mundo, con la muerte en el alma, el doloroso contraste de las grandezas soberbias y de las miserias incurables, un nuevo ideal lució repentinamente ante sus ojos: la redención humana.

Se cuenta, por último, que donna Olimpia, allá en su primera mocedad, se lució una vez en la academia platónica de Florencia, pronunciando un sublime discurso sobre el amor, que oyó Marcilio Ficino, ya viejo, y quedó embelesado de oírle. Vamos, vamos, no me cuentes más de esa mujer. Basta con lo que has dicho para comprender que es la más desvergonzada de las aventureras.

Madame Neker, cuyo ingenio lució tanto en los salones de Versalles, en los momentos precursores de la Revolución, cuando todas las pasiones estaban a punto de estallar, solía decir a sus amigas que las palabras ofenden más que las acciones, el tono más que las palabras y el aire más que el tono. La esposa del famoso hacendista hubiera podido dictar una cátedra de psicología conyugal.

El padre de Lucas, el alcalde o cacique, Antolín Carrejo, va a la capital y trata de probar, y prueba, que Luciano era un tremendo conspirador, algo a modo de un Lucio Sergio Catilina, y que había sido muerto para que la república, la paz y el orden se salvasen.

Tenia en el Virrey gran confianza La gente, que al del Cuzco perseguia; Temiendo del de Cuzco la pujanza, Al Arzobispo el Lucio le traia Muy ciego, por tener de él confianza; Y así cuanto le dice lo creia. Por su mal parecer y mal consejo, Al Concilio no viene Mogrovejo.

Algún tiempo anduvo lampiño, como dicen los arqueólogos que están las estatuas de Paris, a quien amó Elena, y el busto del famoso Antinóo; luego lució bigote a la borgoñona, a semejanza de aquellos galanes españoles del siglo XVII, que fueron regocijo de damas, monjas y villanas; por fin resolvió dejarse barba apuntada, según es fama que la tuvo el duque de Gandía cuando amó a Isabel de Portugal, y bigotes largos, como aquel conde de Villamediana que murió por haber puesto en otra reina los ojos.