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El canon condena enérgicamente estos desórdenes, y señala penas á los clérigos que los cometan, ó los consientan ó favorezcan. Concluye exceptuando expresamente de este anatema á las representaciones honestas y devotas, que se celebran en los días festivos indicados, y en otros que no menciona .

-No más, señor -dijo Sancho-: yo soy un pobre escudero y no puedo llevar a cuestas tantas cortesías; suba mi amo, tápenme estos ojos y encomiéndenme a Dios, y avísenme si cuando vamos por esas altanerías podré encomendarme a Nuestro Señor o invocar los ángeles que me favorezcan.

De aquí se viene á poner en consulta todas las cosas que de nuevo les han escrito sus correspondientes, y examinándolas, contrapesando las unas con las otras, fácilmente concluyen que se favorezcan las cosas de un príncipe, y las de otro se opriman, segun sus intereses y útil particular; y como aquellos que miran desde afuera jugar, ven mas fácilmente los lances que los mismos que juegan, así estos padres teniendo delante de los ojos los intereses de todos los príncipes, saben muy bien observar las condiciones, el lugar y tiempo, y aplicar medios proporcionados para favorecer las cosas de un príncipe de quien conocen que pueden sacar interés.

La oportunidad es en todas las cosas precursora del éxito, y el llegar a tiempo ha levantado no pocas veces el pedestal de muchas celebridades y ceñido los laureles a infinitos héroes. Cada carácter requiere, pues, circunstancias especiales que le favorezcan, época adecuada que le sirva de marco, momento histórico oportuno que le permita desarrollarse en toda su pujanza.

Pues unas veces, porque «esa es la Ley», que parece hecha de intento para amparar delincuentes; y otras muchas, porque hacia ese lado la empujan... aquellas nubes negras que también vio usted anoche en su pesadilla. No lo creo, y usted perdone. ¡Dichoso usted! Pero ¿qué razón hay, puestos a creer en esas nubes, para que no favorezcan a nuestro amigo y sea condenado el otro?

En el Reglamento se hace también constar «que si algún suscritor necesita enterarse más al pormenor de algunos papeles, podía hacerlo en las horas restantes del día sin salir de la habitación, que el que quisiera suscribirse había de poner su nombre en una lista formada al efecto, y que el «dueño del café no lleva otro interés que proporcionar un entretenimiento á los señores que lo favorezcan

¡Qué miedo, qué pavor! ¡La santa Virgen de Araceli, la de Fuensanta, la del Pilar y la del Tremedal todas juntas nos favorezcan! Las piernas me tiemblan, Gabriel, y si mi señor y discípulo no parece, yo no me atrevo a decírselo a la señora. Ya parecerá; yo le vi poco antes de concluir la batalla. Andará por cualquier lado.