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Pos la ventaja del nuestru vayi está contestóme Chisco dulce y sonriente , en que es de suyu más terreñu y más... vamus, más... Por últimu, ya verá lo que es el nuestru vayi; y si no le paez puntu menos que la gloria, no yo lo que sea cosa buena.

Contestóme que con mucho placer satisfaría mi curiosidad, pues no había nada en su vida que debiera ocultarse; y que por el contrario, justamente para deshacer en mi ánimo la prevención desfavorable que pudiera haberme producido el saber que era español, pues conocía bastantemente nuestras preocupaciones a ese respecto, se alegraba de poder referirme en los primeros instantes de nuestro conocimiento algo de su vida, mientras llegábamos al pueblecillo, que ya estaba próximo.

Yo haré lo que deba, Inesilla. Sal de este convento, ve con esas señoras y espérame tranquila, con la segundad de que iré a buscarte. Si para entonces no has variado..., si te encuentro la misma... Contestóme al instante pasando su dedo índice por uno de los huecos de la reja.

Venía a ver qué era de ; si se me oía revolverme en la cama, para entrar, en este caso, a abrirme los balcones, si lo deseaba, y si no, para tener el gusto de darme los buenos días. Le agradecí mucho su cuidado, y después de abrazarle le pregunté cómo había pasado la noche y por qué madrugaba tanto. Como siempre, hijo del alma contestóme entre toses y jadeos . Y no me las Dios peores.

Así lo espero respondí faltando a la verdad de lo que pensaba . Y diga usted añadí apuntando al mismo tiempo con el dedo hacia allá , ¿qué significa aquella mancha verde en que ya me había fijado yo antes que usted me la mencionara? ¡Oh! contestóme alzando los dos brazos a un tiempo , ¡eso es la gran riqueza del lugar, amigo!

Afortunadamente, un día en que arreglábamos papeles en su modesta oficina de trabajo, en 120 Front Street convertida, en aquel entonces, en centro del Partido Revolucionario Cubano y redacción y administración de Patria di con unas páginas sueltas de El Latino Americano, aquí y allá corregidas por Martí, y exclamé al revisarlas: «¿Qué es esto Maestro?» «Nada contestome cariñosamente recuerdos de épocas de luchas y tristezas; pero guárdelas para otra ocasión.

Para alcanzar tan honorable objeto contestóme no debe usted pensar, señor marqués, en entrar, á su edad, en la trillada carrera de la administración pública, y de las funciones oficiales. Le convendría un empleo que le asegurase, desde luego, cinco ó seis mil francos anuales de renta.