Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de junio de 2025


Sufrir... trabajar... ¿Qué Dios es ése? Un Dios justísimo, señor Simoun, contestó al sacerdote; un Dios que castiga nuestra falta de , nuestros vicios, el poco aprecio que hacemos de la dignidad, de las virtudes cívicas... Toleramos y nos hacemos cómplices del vicio, á veces lo aplaudimos, justo es, justísimo que suframos sus consecuencias y las sufran tambien nuestros hijos.

Este carácter es guerrero y religioso a la vez y por lo común el argumento del poema, viene a ser una empresa feliz del pueblo para quien se escribe, cuyas virtudes, excelencias y energías capitales, están cifradas y personificadas en un héroe castizo, de su raza, si bien con no poco de Dios, engendro, concepción o encarnación de alguna deidad, como Aquiles o Rama.

Estas son las consecuencias. »Ahora escribiré a Isidora, a quien no veré más. La única persona por quien siente emociones cariñosas mi corazón es ella. ¡Cuánto más vales que otras virtudes secas y orgullosas! Nuestras dos almas han simpatizado, porque son similares. Yo no tengo ya salvación; puedes salvarte. Ahora, ánimo. Tremenda cosa es afrontar el dudoso abismo de la eternidad.

Dudo que hubiera otro hombre en el mundo que dudase más de sus virtudes y que envolviese con todo el pudor de una mujer las severas perfecciones de un héroe. Yo mismo tardé en conocerle muchos años. Le creía duro y áspero, cuando no era más que justo y rígido. Eran sus gustos sencillos e inocentes como su alma. Patriarca y militar: he aquí el hombre.

Tampoco creas que el pensil mas bello Pueda exalar mas inefable aroma, Cuando el aurora en el oriente asoma Y la tierra le ofrece su ovacion; Que aquí, de las domésticas virtudes Un misterioso olor llena el ambiente, Que baña al peregrino blandamente Si se acerca á tu umbral con emocion.

Esta fuerza era el dios de don Policarpo. Por él se jactaba de estar poseído y de ser energúmeno. Para hacer milagros por su medio y en su nombre no tenía don Policarpo vara de virtudes; pero, en cambio, tenía una recia, puntiaguda y larguísima uña en el dedo meñique de la mano derecha, la cual uña le servía de ordinario como mondadientes.

No olvidemos que Alfredo Capus es ingeniero de minas, y que así como antes, en su modo de juzgar las virtudes y errores humanos, aparece el literato influenciado por el naturalista defensor de la «adaptación al medio», ahora le vemos sujeto al criterio inexorable y rigorista del matemático que, sabiendo cómo todas las palpitaciones cósmicas, desde la rotación de las nebulosas y de los astros, hasta el primer rebullo vital de la célula, son el cociente de una suprema operación algebráica, busca el equilibrio del mundo moral en una especie de fórmula numérica que presida el reparto, al parecer arbitrario y casual de las bienandanzas y pesadumbres.

Haces mal repuso Núñez gravemente . Yo soy un hombre lleno de virtudes como todo el mundo sabe, pero el día en que tu cuñada me haga una seña estoy dispuesto a arrojarlas todas por la ventana. Tristán rió de buen grado y las últimas sombras de duda se disiparon. Cuando terminó la conferencia y salieron a los corredores el pintor se juntó a sus amigos dejando a Tristán sin ceremonia.

Las virtudes del Infante habían excitado la admiración de sus enemigos, pero sin ablandar por eso sus rigores. La Clede, Histoire du Portugal. V. también á H. Schulze, Del Príncipe constante, de Calderón: Weimar, 1811. «¡Qué poesía! ¡No nos cansamos nunca de leerla y admirarla!

Así como no le arredraban las burlas que de él pudieran hacer los libertinos, tampoco calculó jamás la honra y el provecho mundanos que su recato y demás virtudes pudieran acarrearle.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando