United States or Turkey ? Vote for the TOP Country of the Week !


El último lucero en el Levante Asoma y triste tu partida llora: Cayó de tu diadema ese diamante Y adornará la frente de la Aurora. ¡Oh, luna adiós! Quisiera en mi despecho, El vil lenguaje maldecir del hombre.

No es el instinto el que hácia me arrastra, más noble es la pasion con que yo sueño; pero ¿qué importa si una impura llama á pesar tuyo te calcina el pecho? Yo tengo para raudal sin fondo de casto amor y nobles pensamientos, y al enlazar mis manos con las tuyas, al oprimir tus labios con mis besos, el perfume de amor que mi alma llena, trocará el vil calor en santo fuego.

Cuando se cercioró de que era una realidad, de que había sido un vil delator, de que corría peligro la vida del ser que más amaba, entregóse á una violenta desesperación, mordiendo la ropa del lecho y prodigándose con furia epítetos á cual más injurioso. La imaginación le hizo ver la muerte próxima de la condesa.

A las dos horas poco más o menos, tornaron a abrir la puerta, y entró el escribano a leerme la sentencia. No se me condenaba nada más que a morir en garrote vil, si bien en atención a que jugaba con mucha seguridad los recodos limpios, dejábase a mi arbitrio señalar el día de la ejecución.

¿Una segunda broma? preguntó Figueroa, que era uno de los padrinos, sobre el terreno nombrados. Acabemos de una vez dijo lord Gray con impaciencia . Tengo que arreglar mi viaje. Dense explicaciones dijo el otro y se evitará un lance desagradable. Araceli es quien tiene que darlas, no yo afirmó el inglés. A lord Gray corresponde hablar, sincerándose de su vil conducta.

Aquel cobarde que del triunfo dude, Quien al tirano eternizado crea, El que á los gritos del honor no acude Y do el pendon de libertad flamea, Ese es un vil de corazon cobarde Do el entusiasmo de la patria no arde.

Solo los que mueren de amor a la hermosura entienden cómo, sin vil pensamiento, ya a punto de decir adiós para siempre a la ciudad amiga, tocó aquella noche en el piano Keleffy. Pero tocó de tal manera que, aun para la gente inculta, es todavía aquel un momento inolvidable. «Nos llevaba como un triunfador», decía un cronista al día siguiente, «sujetos a su carro. ¿Adónde íbamos? nadie lo sabía.

Mi dios se venga de los que le llaman vil sometiéndolos a la humillación, que es el mayor de los envilecimientos. Miró a Ojeda largamente con extrañeza, y luego continuó: ¡Y que un hombre de su talento no crea que el dinero es el móvil de las más grandes acciones!... Acuérdese de los primeros navegantes que rasgaron los misterios del mar: de nuestros respetables abuelos los argonautas.

Y lo más raro para Ferragut fué que este consejo se lo dió la voz de las locas aventuras, la que le lanzaba en los peligros por el gusto de desafiarlos, la que le había hecho seguir á Freya aun después de conocer su vil profesión.

El la toma por las dos muñecas, y sacudiéndola le dice con voz ahogada: ¿Pero sabes también que yo no soy más que un miserable, un ser vil y perdido, un borracho, que no sirve para nada? ¡Si me pudieses ver, te daría asco!... Las personas honradas se apartan de ; me he convertido para ellas en un objeto de repulsión... ¿Y te figuras que yo podría amarte?