Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 21 de mayo de 2025


Sin embargo, mientras la joven con su vivacidad de siempre, volvía a sentarse cerca de él, se despertó en el inspector general una vaga desconfianza; se dijo que tal vez iba a ser juguete de la malicia femenina, pensando que la señora Liénard había creído ganar así su ánimo en favor de la causa de los usuarios de Val-Clavin y vencer su natural rigor administrativo.

El asunto de los deslindes llevándole de nuevo a Val-Clavin, que él creía no ver jamás; la hospedería del Sol de Oro, en que se encontraba de nuevo frente a frente con sus antiguos huéspedes y en donde su llegada despertaba las adormecidas maledicencias de otros días; su encuentro con el hijo de su antigua amante, con ese Simón cuya tranquilidad de espíritu se exponía a turbar para siempre, ¿no eran otros tantos signos precursores de alguna terrible desgracia?

Ni en la frente, ni en la boca se descubrían aquellas desagradables arrugas que son revelación de un alma falsa o llena de complicados sentimientos. Decididamente, la señora Liénard no tenía nada de una Dalila. Cerró bruscamente el abanico, se inclinó un poco hacia Delaberge y dijo: ¿De manera que ha vivido usted en Val-Clavin? , señora; viví dos años. ¿Hace mucho tiempo?

El ministro aprueba las conclusiones de mi informe y he aquí en resumen lo que yo tengo propuesto: El proyecto de dar a los usuarios el bosque de Carboneras queda abandonado; en cambio, se les concede una superficie igual que se tomará en la parte más excelente de los bosques de Montegrande, bosques que la carretera de Val-Clavin atraviesa.

Señora dijo, se da usted una pena inmensa por simples quimeras... Cálmese... Fíe en mi buena amistad y en mi delicadeza. Me portaré de manera que no haya de verse turbada su tranquilidad... Le prometo abreviar todo lo posible mi estancia en Val-Clavin.

Se detuvo un momento, y después prosiguió: Regresamos juntos a Val-Clavin y, durante el camino, pude convencerme de que la señora Liénard no me había exagerado las brillantes cualidades de Simón. Es un muchacho de espíritu recto y de corazón noble. Aunque adversario de la Administración forestal, espero que seremos buenos amigos... Estoy contentísimo de haberle conocido.

No quieras engañarme ni engañarte a ti mismo... Tengo fina la mirada y veo claras las cosas... Si has tomado con tanto empeño este asunto, no ha sido por los hermosos ojos de los usuarios de Val-Clavin, sino por los de la señora Liénard. Mamá interrumpió Simón ruborizándose un poco, calla, te lo ruego... ¿Por qué dices eso?...

Años y más años pasaron, llevándose como un torrente sus deseos y sus energías hacia riberas que no eran precisamente las de la ternura. Si alguna vez recordaba los episodios de sus principios en Val-Clavin no era sino para reírse desdeñosamente de ellos como hace el hombre maduro con las locuras de la juventud.

Palabra del Dia

evocaban

Otros Mirando