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Actualizado: 9 de junio de 2025
Pero el atorrante, que creyó percibir dejo de mujer, apresuróse a cargar el lío y a escapar, temiendo tropezar con su cuñada y que le sorprendiera en flagrante delito de profanación y sacrilegio. Adiós, Nanita; ¡Dios te lo pague, hija! Fué a abrir la puerta, a tiempo que misia Gregoria entraba, con Angelita.
¡Polaina, señá Frasquita!... Si te lo llegas a dar tú, ¿eh, comadre?... Te desbaratas en treinta y dos partes, lo mismo, lo mismo que un rompecabezas... ¡Saltar así a los sesenta y cinco años!... ¡Polaina!... Pero se acordaba él de otro salto aún más mortal todavía: el que dio cierto barbián amigo suyo, desde el almuerzo de un lunes a la comida de un jueves, sin tropezar siquiera en un garbanzo.
La revolución francesa, las jornadas del imperio y las encrucijadas de la Commune las recorre sin tropezar; en cambio da sendos traspiés al entrar en el campamento de Santa Fe ó al pasear los campos de Almansa y de Bailén.
No me sorprende la conducta de lord Gray dijo doña María . Los nobles de Inglaterra suelen corresponder de este modo a la hospitalidad que se les da en las casas honradas... Pero no debo culpar tan sólo a él, hombre de mundo, privado de ideas religiosas y ciego ante la luz de la verdadera y única Iglesia, no. ¿Qué ha de hacer el ciego sino tropezar?
Ocurría con frecuencia el caso de tropezar con una herradura en la carretera del Sur, y ¡cuántas veces, junto a las fábricas, podían recogerse pedazos de lingote, clavos y otras menudencias que, reunidas, se vendían en el Rastro!
Tal fué al menos la noticia que llegó hasta Cecilia por conducto de Elvira, la doncella, que había visto al criado de don Melchor en la plaza. Al otro día, como no pareciese tampoco, la familia supuso que aun seguía el dolor. Nadie dudaba más que Venturita y Valentina. La bordadora huía de tropezar con la mirada de la niña.
Doña Clara decía: ¡Este sí que se puede decir cabello de oro! ¡Estos sí que son ojos de esmeraldas! La señora su vecina la desmenuzaba toda, y hacía pepitoria de todos sus miembros y coyunturas. Y llegando a alabar un pequeño hoyo que Preciosa tenía en la barba, dijo: ¡Ay, qué hoyo! En este hoyo han de tropezar cuantos ojos le miraren.
Por todas partes reinaba la agitación confusa, animada, casi febril, que forman el continuo vaivén de los que vuelven de paseo o salen del trabajo con los que no hacen nada, yendo de un lado para otro, como seguros de tropezar alguna vez con la fortuna sin preocuparse de buscarla.
Un mes antes aún estaba allí una mesa italiana de mármoles preciosos que había traído el famoso comendador don Príamo Febrer de una de sus expediciones en corso. Más allá tampoco había nada que le hiciese tropezar.
Y al mismo tiempo le propinaba otro bárbaro pellizco que el bienaventurado Jacinto recibía con el mismo éxtasis y recogimiento. ¿Viniste por Entralgo? No, vine por el monte á caer sobre Rivota. Has hecho bien, porque podías tropezar con los mozos de este pueblo que son muy burros. El joven se encogió de hombros con profundo desprecio. Los mozos de Lorío no me hacen á mí daño.
Palabra del Dia
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