Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
Mas he aquí que un día se les antoja a los bárbaros penetrar con sus carros, con sus mujeres e hijas en nuestro delicioso campamento. Cayeron los árboles más o menos seculares, y sus hojas sirvieron de alfombra a los triunfadores. También nuestras frentes humilladas les sirvieron de alfombra.
Los del Saloncillo, que habían entrado en el ayuntamiento como triunfadores y tuvieron por alcalde a don Rufo, más de año y medio, a la hora presente padecían las amarguras de la derrota. Aun tenían mayoría en la corporación municipal, aunque escasa. Pero los del Camarote se habían arreglado en Madrid de tal manera, que lograron hacer nombrar alcalde a Gabino Maza.
En el camino mismo del combate nos esperaban cubanos triunfadores: se echan de los caballos abajo; nos abrazan y nos vitorean; nos suben a caballo y nos calzan las espuelas; ¿cómo no me inspira horror la mancha de sangre que hay en el camino? ¿ni la sangre a medio secar de una cabeza que ya está enterrada, en la cartera que le puso de almohada un jinete nuestro?». «Ya duerme el campamento: al pie de un árbol grande iré luego a dormir, junto al machete y el revólver, y de almohada mi capa de hule: ahora, abro el jolongo y saco de él la medicina para los heridos. ¡Qué cariñosas las estrellas... a las tres de la madrugada!
Y tembló: formidable en su memoria se alzó horrible, cual lúgubre agonía, cual tremenda vision expiatoria, la infinita amargura de su historia, dolor tras de dolor, dia por dia. ¿Dónde estaban los lauros triunfadores que arrancó de las lides su pujanza? ¿Dónde sus horas plácidas de amores? ¿Dónde las tiernas, las fragantes flores, sér de su sér y luz de su esperanza?
Una traducción espiritual, una imitación bien hecha, un arreglo hábil, aunque no sean obras de genio, no dejan de ser obras de buen gusto y de talento; y después, si no satisface este lote, que es el patrimonio de todos los hombres distinguidos, si se encuentran estrechas las filas sobre las cuales se elevan unos pocos genios dotados del más raro de los privilegios, si se está provisto de una de esas presunciones robustas que consideran usurpadas todas las glorias cuyas alturas no logran alcanzar, hay un recurso aún, ejemplo Aristóteles, La Harpe y Marmontel; se puede clamar contra la barbarie y la estupidez al borde del camino de los triunfadores; y queda aún el medio de refugiarse, como Aquiles, en su tienda, en los honores de la Academia: esto es un gran consuelo.
Tendríamos también, seguramente, un gobierno Maura y un régimen de censura; pero como toda Europa estaría en condiciones análogas, no constituiríamos una excepción. ¡Qué orden, qué paz, qué tranquilidad las del mundo si, en vez de triunfar los aliados, hubiesen triunfado los alemanes! Entonces, nadie se hubiese vuelto contra los triunfadores.
Luego de la comida iba a efectuarse en el salón el reparto de premios a los triunfadores en los juegos olímpicos y a las señoritas que se habían presentado con mejores disfraces en la fiesta del paso de la línea. Después de esta ceremonia empezaría el concierto, para el cual venían haciéndose tantos preparativos desde una semana antes.
Contó los billetes que le habían dado los altos empleados con una sonrisa amarillenta y opaca. Cuatrocientos de á mil. Se salían de su bolso de mano y del bolso de Valeria. Hasta su amiga «la Generala» tuvo que prestarle ayuda, guardando varios fajos. Si no cierran los hago saltar dijo con la vanidad de los triunfadores.
Palabra del Dia
Otros Mirando