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No vemos simplemente un color, sino que le vemos en una extension circular, triangular ó de otra especie. Estas figuras se confunden con la extension misma, en cuanto es aplicada; y además tampoco sirven de lazo para las demás sensaciones.

El comandante parecía un director de teatro preparándose á mostrar algo extraordinario. Colocó sobre la mesa un enorme papel que reproducía todos los accidentes de la llanura extendida ante ellos: caminos, pueblos, campos, alturas y valles. Sobre este mapa aparecía un grupo triangular de líneas rojas en forma de abanico.

Las del centro, entre las cuales se ven algunos recuadros resaltados, sostienen el segundo cuerpo, formado por dos columnas jónicas, tambien estriadas, con su correspondiente cornisamento y fronton triangular, sirviendo de templete á una estátua del tamaño natural de S. Pedro sentado en actitud de bendecir.

Dos columnas dóricas a cada lado de la puerta sostienen el largo balconaje de ancho saliente; otras dos columnas a una y otra banda del hueco rematan en un clásico frontón triangular con las cornisas de enroscadas volutas. Y a una y otra parte de la fachada, en los grandes paramentos de los muros blancos, resaltan sendos y afiligranados blasones pétreos.

Si sólo se trata de inmovilidad y paciencia, os respondo en absoluto de . ¿Sois capaz de permanecer, por espacio de treinta días, en una posición extremadamente molesta? . ¿Con la nariz cosida al brazo derecho? . En ese caso, os cortaré del brazo un trozo triangular de piel, de quince o diez y seis centímetros de longitud, por diez u once de anchura...

Rápida ojeada bastó a Isidora para observar a Melchor, que definitivamente se había dejado toda la barba y tenía un aspecto muy vistoso, aunque nunca simpático; para observar también al hombre de los números, que la miró con cierto azoramiento de bestia taurina al hallarse en medio del redondel. Vio también la desamparada sala con su estante, formando como nichos de cementerio, donde yacían ordenados papeles. Un plano de Madrid acompañaba al de la Península. Hacían ambos el papel emblemático de los planos de minas o ferrocarriles en las oficinas de explotación. Prospectos de cuatro tintas en que se pintaban figuras altamente conmovedoras, con Hermanas de la Caridad conduciendo mendigos al Asilo; el frontón mismo del Asilo ideal con columnas griegas y un sol con la insignia triangular de Jehová, difundían por toda la sala la idea de que allí se trabajaba para aliviar la suerte de los menesterosos. Las palabras Rifas, Grandes rifas, Tres sorteos mensuales, seis millones, impresas en colores, revoloteaban por las paredes cual bandadas de pájaros tropicales; y como el papel en que aquellas campeaban era de ramos verdes, la fantasía loca de Isidora no había de esforzarse mucho para hacer de aquel recinto una especie de selva americana alumbrada por la luna. Después vio el resto de la casa, que era de construcción reciente, mas con tan sórdido aprovechamiento del terreno, que más parecía madriguera que humana vivienda. Don José destinó a Isidora su propio cuarto, por no haber otro mejor en la casa, y al punto se ocupó en desalojarle.

Era una carabela, un galeón, una nave, tal como los había visto en los viejos libros: las velas con leones y crucifijos pintados, un castillo en la popa y un figurón tallado en el avante, que se hundía en las olas para reaparecer chorreando. El cofre, en fuerza de empujones, abordaba la costa tallada á pico de un arcón, el golfo triangular de dos cómodas, la blanda playa de unos fardos de telas.

A las seis vencimos la barra, balanceándonos en el gran Pacífico; orzamos para tomar rumbo, pero la vela se empeñaba en no tomar viento, empeño perfectamente justificado al ver los agujeros que tenía su triangular superficie y la poca gana de soplar que había por arriba.

El mar luminoso, azul, estaba cortado por una ancha faja de reflejos de sol, camino de fuego triangular que descansaba su vértice en el horizonte y su base incierta y temblona en un costado del buque. Las cumbres de las pequeñas ondulaciones palpitaban erizadas de fulgores como fragmentos de espejo.

Red-Dog fue inundado ya por dos veces, y Campo Rodrigo no tardaría en correr la misma suerte. El agua llevó el oro a estas hondonadas dijo Edmundo, una vez ha estado aquí, otra vendrá. Y aquella noche el North-Fork rebasó repentinamente sus orillas y barrió el valle triangular de Campo Rodrigo.