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Actualizado: 27 de junio de 2025
Por último: el Convento de San Esteban ó de Santo Domingo encierra, entre otros grandes recuerdos, la sepultura del eminente Padre Soto, que tanto lució en el Concilio de Trento.
En cambio, la doctrina de los jesuítas Salmerón y Lainez, vencedora en Trento, diviniza al mundo y al hombre, revelando y haciendo resplandecer la justicia de Dios en la fe del hombre y en sus buenas obras, cuyos méritos elevan á la gracia.
El santo Concilio de Trento mandó, que no se publicasen milagros sin aprobacion del Ordinario Eclesiástico, y en algunas Sinodales nuestras se previene, que no se pongan en las Iglesias las señales que suelen ponerse por indicio del milagro, sin la aprobacion del mismo Ordinario.
Nadie podrá acusar de jesuítico al célebre y malogrado historiador y polígrafo Oliveira Martins, y, sin embargo, en este punto que tocamos ahora, ensalza como nadie á los jesuítas, haciendo que la gloria de ellos y su triunfo en el Concilio de Trento aparezcan acaso como el mayor triunfo y como la más espléndida gloria de la civilización ibérica en el siglo XVI. «Los protestantes, dice Oliveira Martins, no excluyen las buenas obras; pero no es el mérito de ellas el que redime: es únicamente el mérito de Cristo, independiente del hombre.
Tal por último Benedicto Arias Montano, religioso proféso de la órden de Santiago en el real convento de San Marcos de Leon, gran teólogo, de que dan claro testimonio sus muchas i preciosas obras impresas, i uno de los maestros mas célebres que asistieron al Concilio de Trento.
Pero lo más salado es aquella parte en la cual con mucho donaire nos burlamos de los clérigos, de la Inquisición, del Papa, de la santa Iglesia y del Concilio de Trento. Átame esa mosca... Por fuerza anda en ese lío el gran Gallardo. Si mi madre supiera esto, me colgaría del techo de la sala, ya que no tenemos almenas en que hacer conmigo un escarmiento. Vamos ahora a la tertulia.
Esta instruccion, que escribió al Rey Felipe Segundo el Gerónimo español insigne doctor Benito Arias Montano, religioso profeso de la Orden de Santiago en el Real Convento de San Marcos de Leon, y uno de los mas célebres maestros que asistieron al Concilio de Trento, existe MS. en la libreria del autor de la presente historia. del modo con que se gobiernan los Padres de la Compañía.
Ni cuando el Gran Capitán se enseñoreó de Italia arrojando á los franceses; ni después de Lepanto, de San Quintín y de Pavía; ni cuando en Trento prevalecieron nuestros teólogos y reformando la iglesia oponían fuerte valladar al protestantismo y trataban de conservar la virtud que informaba y que unía la civilización europea; ni cuando desde principios del siglo XV, con tenacidad admirable y con fe constante, agrandábamos experimentalmente el concepto de las cosas creadas, circunnavegando el planeta, cruzando mares incógnitos y tenebrosos y descubriendo nuevos mundos y nuevos cielos, jamás hemos menospreciado á las otras naciones ni las hemos tratado con insolente orgullo, ni las hemos insultado como en el día se nos insulta.
Para hacer demostracion de cuan grande sea la ambicion de engrandecerse estos padres, podia traer infinitas razones sacadas de la esperiencia, pero bastaráme aquí probarlas con las palabras mismas del Personio, de los graves que han tenido estos padres, escrita en un libro suyo compuesto en lengua inglesa, intitulado LA REFORMACION DE INGLATERRA, donde despues de haber dicho mucho mal del cardenal Paulo, prelado que por su virtud y santidad, y por lo benemérito que fué de la iglesia, es digno de eterna memoria, y despues de haber notado ciertas faltas é imperfecciones del Santo Concilio de Trento, finalmente concluyó que cuando la Inglaterra torne á la verdadera fe católica convendrá reducirla á la forma y estado de la primitiva Iglesia, poniendo en comun los bienes eclesiásticos, dando el cuidado y administracion de ellos á siete sabios, los cuales sean de la Compañia, para que como mas bien les pareciere los distribuyan: ni quiere, antes veda con gravisimas penas, que ningun religioso de cualquiera órden que sea sin licencia de estos padres pueda volver á Inglaterra, con fin y ánimo de no dejar á otros que aquellos que se sustentan de limosnas.
Es verdad que los padres de Trento pronunciaron acerca del uso i autoridad de los testos hebreo i griego, que su mente i voluntad fué solo decretar que en atencion al respeto con que desde los primeros siglos de la Iglesia estaba recibida la Vulgata, i á que en ella no habia cosa opuesta á los dogmas de la religion ni á las buenas costumbres, de allí en lo sucesivo los espositores de la sagrada Escritura en sus comentarios, glosas ó escolios, los maestros en sus lecciones i disputas, i los predicadores en sus pláticas ó sermones, se sirviesen de la Vulgata, con absoluta esclusion de las otras versiones latinas.
Palabra del Dia
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