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Actualizado: 23 de octubre de 2025


Y por cierto que en esta fiesta se dobló lo de regalarse, y según el documento que copió Collantes de Terán y dió á luz en el Archivo Hispalense, en el palco de la Catedral no se consumió más que lo siguiente: «Nueve garrafas de frío, tres de cada género de á treinta y seis vasos cada una.

¿Qué quieres? me añadió de allí a un rato; nadie quiere creer sino en la experiencia: todos entramos buenos en el mundo, y todo andaría bien si nos buscáramos los de una edad; pero nuestro amor propio nos pierde: a los veinte años queremos encontrar amigos y amantes en las personas de treinta, es decir, en las que han llevado el chasco antes que nosotros, y en los que ya no creen: como es natural, le llevamos entonces nosotros y se lo pegamos luego a los que vienen detrás.

Salían de la bodega en grupos de treinta, con su hatillo, entraban en la ballenera y los llevábamos hasta un arenal de la playa, y cuando había una braza de fondo o algo menos, echábamos toda la chinería al agua. Ellos chillaban como gaviotas al ver el mar alborotado; se les recomendó que formaran la cadena, y así fueron llegando a tierra.

Vimos poco después andar en la playa doce bárbaros, pero sin darnos molestia; no obstante, lo que más nos maravilló fué que hasta el día 30 de Agosto no se vieron sino dos canoas de Guachicos antes de llegar al Tepotii. La boca de este río dista como cosa de treinta leguas de la del río Piray.

El año de 1744 se contaban en los treinta pueblos que hay al presente 84.606 almas, según se hallan numeradas en un mapa de esta provincia impreso en Viena.

15 Y tres de los treinta principales descendieron a la peña a David, a la cueva de Adulam, estando el campamento de los filisteos en el valle de Rafaim. 16 Y David estaba entonces en la fortaleza, y la guarnición de filisteos estaba en Belén. 17 David deseó entonces, y dijo: ¡Quién me diera a beber de las aguas del pozo de Belén, que está a la puerta!

Reunidos están en el claustro mayor, reverendo padre, contestó el lego, que se hallaba en actitud humilde, cruzadas las manos sobre el pecho y fija en el suelo la vista. ¿Todos? Treinta y dos profesos y quince novicios. Fray Marcos, postrado por la fiebre, es el único que falta. Dice que.... No hace al caso lo que él diga. Enfermo ó no, importaba ante todo acatar mi mandato.

Con estas medidas, en treinta años está difundido el castellano entre los niños." La gente filipina Ahora veamos qué clase de gente es la filipina. Es esencial reconocer la psicología de la comunidad.

Tentólos don Quijote, y cayó luego en la cuenta de lo que podía ser, y díjole a Sancho: -No tienes de qué tener miedo, porque estos pies y piernas que tientas y no vees, sin duda son de algunos forajidos y bandoleros que en estos árboles están ahorcados; que por aquí los suele ahorcar la justicia cuando los coge, de veinte en veinte y de treinta en treinta; por donde me doy a entender que debo de estar cerca de Barcelona.

Pero un sastre objetó con mucha razon que, pues que las monjas le vieron á Capitan Tiago subiendo al cielo de frac, de frac tenían que vestirle aquí en la tierra y no había necesidad de preservativos ni impermeables; se va de frac cuando se va á un baile, á una fiesta, y no otra cosa le debe esperar en las alturas... y ¡miren! casualmente tiene él uno hecho, que lo puede ceder por treinta y dos pesos, cuatro más barato que el hábito del franciscano, porque con Capitan Tiago no quiere él ganar nada: ¡fué su parroquiano en vida y ahora será su patron en el cielo!

Palabra del Dia

crocus

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