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Actualizado: 25 de junio de 2025
A todo esto, yo no sabía cómo se llamaba, y a fin de averiguarlo escribí la pregunta en otra hoja de la cartera: ¿Cómo se llama V.? La chica contestó en la misma letra inglesa y crecida, con el papel rayado: Me llamo Teresa no crea ustez por Dios que juego con muñecas. Diez o doce días se transcurrieron de esta suerte.
Luego de salir de la Universidad, la joven había desaparecido, con gran espanto de Foster, que creyó en un secuestro ó un asesinato. Transcurrieron dos meses, y antes de que la policía hubiese averiguado su paradero, se presentó Mina tranquilamente en el despacho de su tutor. Quería conocer la vida de cerca, tal como es, y para esto había huído á Chicago, viviendo como una obrera.
Y treinta y dos generaciones de hombres transcurrieron bajo la era cristiana en la miseria, la ignorancia y la barbarie crónicas, profiriendo u oyendo solamente la palabra sagrada, fulminada desde el púlpito, volcán de amenazas, en erupción perpetua de castigos en este mundo y en el otro, para los pecadores y los infieles, en fuente inagotable de terrores imaginarios para implantar en el corazón de los elegidos para el cielo el horror a la vida irrenunciable y el temor a la muerte inevitable.
Era, pues, indispensable que él fuese el libertador, el rescatador de Clarita. Á pesar de tener preocupado el ánimo con estas cosas, el Comendador ejercía tanto dominio sobre sí, que nada dejaba notar. Paseaba con Lucía por las huertas ó charlaba con ella y procuraba esquivar sus preguntas inquisitoriales. Así transcurrieron ocho días.
Luego le vió correr, balanceando sus formas abultadas y reteniendo sus velos, que el viento marítimo parecía querer arrebatarle. Transcurrieron varios días de trabajo, de cansancio y de hambre, sin que el coloso recibiese nuevas visitas. Un anochecer, estando sentado en la arena, vió que un hombre saltaba ágilmente sobre una de sus rodillas, corriendo después á lo largo del muslo.
Se había quedado allí después de traer á unos extranjeros que prefirieron, á la salida del Palacio, descender á pie por el antiguo camino fortificado. Miguel lo ocupó, haciéndose conducir á Villa-Sirena. Todo el resto del día y gran parte de la noche transcurrieron para él dulcemente, mientras rumiaba en su memoria las noticias adquiridas. No era mala la jornada. De Atilio apenas se acordó.
Pero transcurrieron algunos días sin que Judit viera presentarse a nadie, lo cual le parecía muy extraño, porque la joven carecía de instrucción, pero no de talento. Su candor y su sencillez reconocían por causa la ignorancia, no la inocencia; y rememorando lo que había podido comprender, y adivinando una parte de lo que no comprendía, empezó a inquietarse, a estremecerse.
En pocos días el importe de las localidades vendidas para las primeras representaciones de la obra, ascendió á la enorme suma de doscientos mil francos. «Todo París», ora por legítima curiosidad, ora por «snobismo», quería verla. El Sena, desbordándose, suspendió la tan esperada función. Transcurrieron ocho ó diez días.
Pero transcurrieron dos semanas sin que apareciesen indicios de testamento, un simple papel que revelase la voluntad de la muerta. La señora, segura de su salud, creyendo disfrutarla hasta una edad avanzada, no había pensado en la suerte de su protegido, reservando para más adelante su testamento, con el temor supersticioso de atraerse la muerte si se preparaba para ella.
Y las gentes llamaron a estos hombres los políticos, que es lo mismo que hombres urbanos y corteses. Y poco a poco estos hombres fueron ganando la simpatía y la confianza de todos, y en sus manos se confiaron los más arduos negocios humanos, es decir, la dirección y gobierno de las naciones. Así transcurrieron muchos siglos.
Palabra del Dia
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