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Actualizado: 16 de junio de 2025
En otros sitios, el tronco disminuye y extiende indefinidamente sus ramas en sentido horizontal. En la playa, donde las disueltas conchas levantan un polvo muy fino, el árbol vese invadido, tragado por él.
Le estrechó un momento la mano y desapareció dentro del portal, oscuro y profundo como un sarcófago. Salvador permaneció un rato en la puerta, mirando al hueco oscurísimo que se había tragado a su dama de aquella noche, y murmuró estas palabras: ¡Pobre señora!... sin duda está loca.
Grano de Sal le siguió, no sabiendo si la intención que el doctor había manifestado de emplearle como proyectil, era una broma o no. Pero, fiel a su sistema de consolarse, se dijo: Preferiría eso a ser colgado por los ingleses. ¡Silencio! todo ha terminado, todo se lo ha tragado el abismo. La espuma de los altos mástiles ha cubierto la cima. VÍCTOR HUGO, «Navarin».
Pero, una hora después, ni sombra de mi muchacho, al que hacía mucho tiempo debía haber alcanzado. ¿Se lo había tragado la tierra? No me convenía, porque llevaba todo lo que me interesaba.
La estrella Sohail no se había ocultado aún bajo el horizonte de España, y ya no había en Córdoba ni huellas de los palacios de los califas; Medina-Azahara se había desvanecido; los alcázares y jardines de Almotamid en Sevilla, de Almotacín en Almería, y de otros reyezuelos elegantes y sibaríticos, se diría que se los había tragado la tierra.
Un buen cuarto de hora se tardó en cambiar los tiros de la berlina, porque el de mulas no estaba enjaezado. El cochero propuso cambiar el coche por una carretela de camino, pero Elena se negó a ello. Era poco más de las once. Al Sotillo dijo con firmeza al lacayo cuando todo estuvo a punto. Ni éste ni el cochero sintieron esta vez sorpresa porque ya se lo habían tragado . ¡Vivo! ¡vivo!
Hé aquí mi mano. Y con esta van tres veces que suena la campana llamándonos á comer, exclamó Germán mientras todos se dirigían en grupos hacia la abadía, comentando las peripecias del combate. ¡Por Dios vivo! señor de Pleyel, dad una copa de buen vino á vuestro amigo en cuanto lleguéis, porque está transido, sin contar que ha tragado dos azumbres de agua.
Comienzan á virar, pues, engañados, Pensando que embocaban por el rio, Mas iban muchas leguas apartados Vencidos de su loco desvarío. En costa y tierra dieron desrumbados, A la fuerza entregados del gentío: Una ola á D. Pedro le ha volado, Y el mar profundo y bravo le ha tragado. Los demas pasageros han salido A tierra, su miseria lamentando.
Un escalofrío de entusiasmo subía por su espalda. Se le humedecieron los ojos, y al beberse el champañ creyó haber tragado algunas lágrimas.
El hechizo estaba tragado, y Facia no cejaba un punto en su empeño.
Palabra del Dia
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