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Actualizado: 14 de noviembre de 2025
Está en el trabajo... Le he puesto a trabajar. ¡Hija, si me comía un carcañal!... Es más malo que Anás y Caifás juntos. No puedo hacer carrera de él. ¡Vaya, que ha salido una pieza colunaria!... Yo le llamo Pecado, porque parece que vino al mundo por obra y gracia del demonio. Me tiene asada el alma. ¿Sabes dónde está?
Además, eran tan notorios y tan irreemplazables el arte y la inspiración de Juana para dirigir una matanza, para hacer arrope, piñonate, empanadas y tortas, y para preparar festines, que las personas de gusto y de medios desecharon los recelosos escrúpulos, y, poniéndoles el correctivo de estar a la mira y ojo avizor para que Juana no ejerciese sus presuntas artes proxenéticas, siguieron llamándola a trabajar a sus casas; y los ingresos y rentas de Juana, que habían disminuido, volvieron a su estado normal, aunque no se aumentaron.
Pepe hizo lo que ustedes saben que se hace en estos casos; se admiró profundamente de la versificación, dijo ¡bravo! al llegar a ciertos pensamientos enrevesados, y por último propuso algunas reformitas en el acto segundo, con las cuales quedaría la obra que ni pintada. El poeta incauto se fue a su casa muy complacido y se puso a trabajar con ardor en las reformas.
Los indios conocen la falta de autoridad de su corregidor y cabildo, les pierden el miedo, que es el único motivo que les obliga a trabajar, y todo se convierte en desorden.
Así, los obreros de Paris al trabajar en esas vastas fortificaciones, no hicieron otra cosa que asegurar la clausura de la ciudad, poniéndola bajo el poder de una presión militar. Tal es siempre el resultado de las fortificaciones.
Después del sangriento fracaso de aquella intentona nocturna, los dos volvieron á trabajar en el Paraguay, en la recolección del mate. Ellos eran los más inmediatos consumidores, pues sentados al borde del gran rio en las horas de descanso, chupaban incesantemente el canuto hundido en la pequeña calabaza rellena de hierba olorosa y de agua caliente que sostenían en una mano.
No tardará en llegar de Europa la sentencia general de ese pueblo. Ellos son los siervos del oro, los que tienen obligación de buscarlo, estando sometidos todos á trabajar por la fuerza.
Ya sabes que no soy perezosa; digo a trabajar, y... ¡a trabajar! Ha quedado la casa lindísima, lindísima, porque el orden y el aseo todo lo embellecen. Cuando llegamos toda estaba triste y sombrío. Lo que es ahora da gusto pasear por estas piezas. Sólo yo no lo tengo para nada, porque la tristeza me mata.... A cada rato me dan ganas de llorar.
Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, Bélgica, Holanda y los Estados Unidos de América son testimonios innegables de esta afirmación. Además, en ninguna época conocida de la historia los artistas han podido trabajar con más seguridad ni han encontrado un público tan numeroso ni tan solícito para recompensarlos.
Venturita se había resistido un poco; mas al ver el empeño que su hermana ponía, consintió en ello. Cecilia emprendió con tanto afán la obra, que le faltaba tiempo para comer y dormir. Algunas veces, cuando su cuñado le instaba a salir, le respondía: Mira, hoy déjame trabajar. Hace tres días que apenas coso nada.
Palabra del Dia
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