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Actualizado: 27 de octubre de 2025
Aquel carácter tétrico, compuesto de orgullo y tenacidad, endurecido más por el tedio, la desconfianza y la lesión hepática, necesitaba manifestarse en una acción propia y libre. La disciplina había concluido para él. Sonaba en la historia la trompeta lúgubre de las guerrillas. El feroz soldado de partidas la oía resonar en su alma solitaria y sombría, y marchaba sin saber adonde ni por donde.
Desde el día siguiente de su vuelta a la catedral había quitado la funda a la máquina, dedicándose al trabajo con tenacidad taciturna, como un medio de pasar inadvertida en las Claverías y que la gente la perdonase su pasado.
La máquina volvía a agitarse y don Luis tecleaba el armónium, hasta que sonaban las nueve y el Vara de plata cerraba la escalera de la torre, agitando su manojo de llaves con un ruido que equivalía al antiguo toque de cubrefuego. Gabriel se indignaba contra la tenacidad de su hermano. Vas a matar a la chica. Lo que haces no es digno de un padre. No puedo, hermano: me es imposible mirarla.
Era la tenacidad del avaro que desea estar en contacto á todas horas con sus propiedades, la pegajosidad del usurero que siempre tiene cuentas pendientes que arreglar.
Además, el belga no cejaba en su guerrera tenacidad. Un joven argentino iba desde el día anterior detrás de Maltrana, participando con cierta admiración en sus preparativos, ayudándole en la busca de las armas, consultando a los camaradas que conocían los alrededores de Río Janeiro para escoger el lugar del combate. Nunca había presenciado duelos, y mostraba gran interés por ver uno de cerca.
Les interesaba este juego extraordinario, como si fuese un deporte original; querían luchar contra la buena suerte de la banca, con una tenacidad británica, únicamente por el gusto de vencerla.
Aquellos martillazos estaban destinados a ella; aquella maldad impune, irresponsable, mecánica del bronce repercutiendo con tenacidad irritante, sin por qué ni para qué, sólo por la razón universal de molestar, creíala descargada sobre su cabeza.
Eran antes que todo creyentes: invadian los imperios con el objeto de hacer preponderar su ley, y aun despues de mil derrotas persistian con tenacidad en sus empresas, seguros de que habian de encontrar en el campo de batalla el camino del Paraiso.
Doña Manuela experimentó gran extrañeza al tropezar con una tenacidad que nunca había supuesto en su hijo. Se negaba resueltamente a firmar otro pagaré garantizando el crédito de su madre, y menos consentía aún en hipotecar su huerto para adquirir los tres mil duros. No, mamá decía tímidamente, pero con firmeza ; no puedo. Ya sabrá usted más adelante que eso no es posible.
Y fue y es la tal empresa la representación de las columnas de Hércules, con esta letra: Plus ultra; breves, elocuentes y sublimes palabras, que evocan en la mente de quien las lee la inmensidad del Océano, las islas y los continentes incógnitos, el nuevo mundo en suma, descubierto y dominado por la tenacidad, la osadía y la ventura de los hijos de Iberia.
Palabra del Dia
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