Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de mayo de 2025


Ya las aldeas y villorrios aumentan a cada instante, se aglomeran y precipitan, con sus calles estrechas y limpias, sus casas de ladrillo quemado, sus techos de pizarra y teja.

Desde el punto que se les leyó la sentencia, jamás han sido vistas en esta santa iglesia, siendo sus techos tan á propósito para sus nidos. ¡Oh dichosos tiempos en que se celaba el ruido que se hacia, porque no perturbase á los ministros de Dios en los divinos oficiosEste hecho en parecerá ridículo á los que solo miran la superficie de las cosas: ¡emplear las armas espirituales contra las golondrinas! ¡qué disparate!

Aquel poblado tan bello, tan poético, con sus casitas blancas, todas iguales, cubiertas de techos de zinc, limpias y resplandeciente, que tan agradable impresión me causara pocos días antes, al pasar por allí con la columna del General Mendieta, había desaparecido, y solo algunos montones de ruinas negras y humeantes, señalaban el sitio en que se alzó La Maya.

Era Raveloe una aldea de aspecto importante, en el corazón de la cual se alzaban una bella y antigua iglesia, con un vasto cementerio, así como dos o tres grandes edificios construidos de piedra y ladrillo, cuyos techos estaban adornados con veletas y los huertos bien cercados de paredes.

Muchos se habían subido á los techos de los vagones, y saludaban abiertos de brazos y piernas como una X. Casi todos se habían puesto en cuerpo de camisa, con las mangas dobladas sobre los brazos, lo mismo que los marineros cuando se preparan para una maniobra. ¡Son ingleses! exclamó don Marcos . ¡Ingleses que van á Italia!

Y volviendo la espalda al edificio, don Marcos señaló los jardines que se extendían en diversos planos, unos casi al nivel de los techos de la «villa», otros escalonándose en descenso hasta cerca de las olas.

Cuando algún empleado les daba caza en las estaciones, corrían de vagón en vagón o intentaban escalar los techos para esperar agazapados a que el tren se pusiera en marcha. Muchas veces les sorprendieron, y agarrándolos de las orejas, con acompañamiento de bofetadas y puntapiés, quedaban en el andén de una estación solitaria, mientras el tren se alejaba como una esperanza perdida.

Pero, sobre todo, lo que necesitaba era no ahogarse, no estar oprimida por techos y paredes, etc., etc». Para Bonis nada de esto ofrecía novedad, a no ser en la forma, pues su mujer se había pasado la vida pidiéndole la luna.

Se traslucía allí un verdadero delirio de grandezas: el suelo era de mármol, los salones vastísimos, con techos pintados e historiados; los miradores tan anchos y espaciosos como si fueran otras habitaciones. En los testeros se veían espejos de toda la pared, y en los pasillos se levantaban estatuas y fuentes de alabastro.

Como pronto habían de tener casa de techos altos, esto no era inconveniente. También le hizo adquirir el de los caracoles unos muebles chapeados de palosanto, y algunas alfombras buenas, que tuvieron el acierto de no colocar, extendiendo sólo retazos allí donde cabían, para darse el gusto de pisar en blando.

Palabra del Dia

cambios

Otros Mirando