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Actualizado: 3 de junio de 2025


Sus ojos volvieron á humedecerse. ¡Echar á ese pobrecito!... no puedes comprender ciertas cosas; mandas en los afectos con la misma arrogancia que disponías antes de las personas. ¿Crees que puedo abandonarlo? Soy su madre á pesar de todo, y una madre ya sabes cómo tolera y perdona. El infeliz no tiene la culpa de sus malos pensamientos: fuiste quien se los sugirió.

Por lo mismo, y para salir de tanta incertidumbre, puso en obra al punto el pensamiento que le sugirió su recelosa sospecha. María dijo dirigiéndose a la hermosa prima , hoy es el día de tu natalicio, y ésta la hora de media noche, hora en que tantos prodigios suelen verificarse.

En tal situación, alguien le sugirió una idea al salir del Casino, después de las dos de la madrugada, a la hora en que el insomnio nervioso hace ver las cosas con una luz extraordinaria que parece darles distinto relieve. Don Benito Valls, el rico chueta, le apreciaba mucho. Varias veces había intervenido espontáneamente en sus asuntos, librándole de peligros inminentes.

Los sucesos facilitaron su intento. Por aquellos días se temía un movimiento de los absolutistas sobre Estella, y Pateta, al salir una mañana de la imprenta, estando ya cerca de la calle de Botoneras, oyó pregonar el extraordinario, con la derrota de los carlistas, grito que acto continuo le sugirió la forma de su proyectada desazón al cura.

Un escaparate de perfumería de buen tono le sugirió una idea feliz: había echado sus canas al aire de una manera indecorosa, sin aliñarlas y componerlas con el negro disimulo del tinte, y aquella hermosa tienda le ofrecía ocasión de remediar tan grave falta, inaugurando allí la campaña de restauración de su existencia, que debía comenzar por la restauración de su averiado rostro.

Allí, a la sombra de los árboles, en las horas muertas de la meditación, recordó la hermosa leyenda del canto del cisne. El cisne, esa ave armoniosa y blanca, siempre en la mudez del misterio, canta sólo al morir, una canción de celeste belleza... Esta leyenda le sugirió a Juanillo un interesante argumento para su cuento-poema.

Esta falta de respeto le sugirió la feliz idea de hacer bajar del cielo la Sura ó capítulo LXII de su Koran, titulada el viernes, y cuya aleya undécima dice así: «Cuando el interés los estimula, corren los hombres al punto adonde su voz suena, y abandonan al ministro del Señor. Diles pues: los tesoros con que Dios os brinda son mas preciosos que todo bien perecedero.

Cada hombre es el centro de un círculo infinito, como dijo Pascual. ¿Qué Pascual? preguntó el sastre. Como no sea Pascal sugirió el periodista.

Palabra del Dia

rigoleto

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