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Actualizado: 1 de mayo de 2025
Las fiestas y diversiones de todas clases se sucedían en la corte sin interrupción, y acababa de fundarse en el palacio del Buen Retiro un teatro italiano, al cual fueron llamados los primeros artistas y los cantores más afamados del mundo.
Es probable que los pueblos de Suches y Pelechuco hayan pasado de la dominacion de los Incas al poder de los diversos conquistadores, que con tanta frecuencia se sucedian en medio de las multiplicadas contiendas de aquellos tiempos tempestuosos de la historia de América, y que no cesaron hasta el siglo décimo-séptimo.
En su boca bestial se sucedían rápidamente salvajes contracciones de cólera y perrunas sonrisas. En los días de «spleen» mordía y quebraba cuanto hallase a su alcance. Muy prudentemente, Catalina lo tenía pues encerrado en una sólida jaula de hierro, al menos hasta que se mostrase más tranquilo y sociable.
Todas las baterías francesas habían abierto el fuego. La montaña tronaba incesantemente: se sucedían los rugidos de los proyectiles; el horizonte, todavía silencioso, se iba erizando de negras columnas salomónicas. Los dos reconocieron que se estaba muy bien en este refugio, semejante á un palco de teatro... Alguien tocó en un hombro á Lacour.
Después se oyeron las ruidosas cuestiones a que dio motivo el gran acto de trincharlo. Las risas sucedían a las risas, y los comentarios a los comentarios. Al mismo tiempo se conocían los efectos del Valdepeñas y del Cariñena en la torpe lengua del ortopédico, que desgranaba las palabras, y en el entusiasmo anacreóntico de D. José Relimpio, que no decía cosa alguna derecha y con sentido.
Aquel hombre, en quien se sucedían repentinamente diversas impulsiones, que no era totalmente incapaz de practicar el bien, pero que obedecía con mayor prontitud a las insinuaciones del mal, había estado, sin duda, próximo a confesar; pero la disposición de su espíritu había cambiado de un momento a otro, y entonces, ansioso de libertad, no había tenido escrúpulo para aferrarse a la tabla de salvación.
Experimentaba cierta alarma al considerar la frecuencia con que se sucedían en París los fallecimientos de personas conocidas: políticos, artistas, escritores. Todos los días caía alguien de cierto nombre. La guerra no sólo mataba en el frente. Sus emociones volaban como flechas por las ciudades, tumbando á los quebrantados, á los débiles, que en tiempo normal habrían prolongado su existencia.
Ya todos los acontecimientos transcurridos se sucedían en mi memoria como las reminiscencias de un sueño, pero yo aspiraba aún al porvenir, y este porvenir incierto lo llenaba con mis quimeras, cuando, de pronto, una idea horrible me sobrecogió. ¡El porvenir! exclamé , ¿y con qué derecho, miserable suicida, te atreves a hacer planes sobre el porvenir?
Tan grande era su poder, que hasta Luis creía sentirlo en torno de su persona, viendo que se sucedían las situaciones políticas sin que le tocasen su empleo. El miedo a combatir por el sostenimiento de la vida le hacía aceptar aquella situación, en la que adivinaba la mano oculta de Enriqueta.
Por las mañanas, al despertar en él, se veía envuelto en una atmósfera, verdosa y suave, lo mismo que si hubiese dormido en el fondo de un lago encantado. El sol trazaba sobre la blancura del techo y de las sábanas una red inquieta de oro, cuyas mallas se sucedían incesantemente: era el reflejo del agua invisible.
Palabra del Dia
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