United States or British Virgin Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Fui tan estúpido o estaba de tal modo aturdido, que, en vez de retroceder y alejarme pronto de aquel sitio, continué avanzando y pasé por delante de ellos con el rostro vuelto hacia la ventana. Daniel se volvió enteramente de espaldas. Luego que pasé un animado cuchicheo y risas comprimidas. No acierto a describir lo que pasó por entonces.

Yo me acordaba de las fantasías de Yurrumendi acerca de la sima que hay en aquel sitio en el mar, y me veía bajando al insondable abismo con una velocidad de veinticinco millas por minuto. A pesar de las seguridades de Recalde, el cielo no aclaraba; por el contrario, iba quedando más turbio, más gris; había pocas traineras y lanchas de pesca fuera del puerto.

En uno de los bancos de popa y confundido con los demás pasageros se sentaba un clérigo contemplando el paisaje que se desplegaba sucesivamente á su vista. Sus vecinos le hacían sitio, les hombres, cuando pasaban cerca, se descubrían y los jugadores no osaban poner su mesa cerca de donde él estaba.

Entraban nuevas señoras, llenábase la capilla de bote en bote y apiñábanse las rezagadas contra las que habían llegado antes, sin que ninguna quisiera ocupar el sitio vacío al lado de Currita.

Berenguer fué á poner sitio sobre Megarix, y Rocafort en su emulacion fué á ponerle á Nona, sesenta millas de Galípoli y treinta de Megariz; y aun se tuvo por corta la distancia, según estaban los animos alterados, y particularmente los del vando de Rocafort, que como superiores les parecia mengua que los otros se atreviesen á competir.

Ya cuál es el quehacer del conde... Una juerga me dijo Pepita por lo bajo. ¿Cree usted?... ¡Uf! Como si lo viera. Las señoras en coche y los hombres a pie, nos trasladamos todos al muelle, donde nos esperaba una espaciosa falúa entoldada, con cuatro remeros sentados a la proa. El calor en aquel sitio era estupendo. El reflejo de las piedras abrasaba el rostro.

Dimos un paseo bastante largo, y á la vuelta la encontramos en el mismo sitio, conservando la misma actitud, y sin dejar la extraña ocupacion de dar golpes á la punta del zapato derecho. ¿Qué pensará? ¿Qué sucederá á esa mujer? Esto murmuramos entre nosotros, y casi tuvimos tentacion de hablarla.

Entonces la de la Canela volvió tristemente sus ojos en derredor, sin hallar sitio donde albergarse; pero la misma contrariedad sugiriole repentina y felicísima idea, que al instante puso en ejecución. Metiose bonitamente en una cesta, y así pasó la noche en fácil y tranquilo sueño. Indudablemente aquello era bueno y cómodo: cuando tenía frío, tapábase con otra cesta.

Asombrábase de no haber visto hasta entonces a aquellas mujeres y de no saber siquiera dónde se encontraba su casa de tolerancia. El presidente hizo un gesto de desesperación y dijo al sacerdote: Perdóneme usted... Tozudez semejante... Dispense que la hayamos molestado... El sacerdote saludó y volvió a su sitio.

Las madres jóvenes se arrellanaban en sus asientos y abrían el ángulo de las abultadas piernas, como para ofrecer mayor espacio al guerrero escondrijo. Unas a otras se miraban las mujeres con belicosa resolución. «¡Que viniesen aquellas malas almas!... Se dejarían hacer pedazos antes que moverse de su sitioFebrer vio brillar algo en un camino que conducía a la iglesia.