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Actualizado: 19 de junio de 2025


Le veía siempre tan tranquilo, tan sereno, tan dispuesto a todo, con su fisonomía amable, de rasgos un poco fríos, la mirada impertinente para todos los que no eran sus amigos, y aquella sonrisa rápida y seductora de la cual sabía hacer oportunamente tan pronto una caricia como un arma ofensiva.

¿Y el padre Tomás ha tratado de encontrar una conversación seductora? Seguramente dijo la abuela, que no comprendía mis preguntas. Pues bien, el señor de Baurepois es horrible y su conversación... cargante, como diría Francisca. ¡Oh! estas muchachas...

Sofía, menos seductora a primera vista, promete, sin embargo, atesorar también grandes atractivos y ciertas cualidades de alma por complemento superiores a todos los hechizos. ¡Oh! ¡qué hijas me ha concedido Dios! ¡Parece que la Providencia y la Naturaleza se hayan puesto de acuerdo para favorecerme con sus dones! ¡Qué cuentas deberá rendir esta madre al Señor de cielo y tierra! Junio de 1818.

Mientras comieron, Fortunata contemplaba a su marido, más que en la realidad, en misma, y de este examen surgía un tedio abrumador, y la antipatía de marras, pero tan agrandada, tanto, que ya no cabía más. Y la perversa no trató de combatir aquel sentimiento; se recreaba en él como en una monstruosidad que tiene algo de seductora.

En la comitiva que acompañó á Doña Juana, formando su servidumbre, cuando pasó á Flandes para efectuar sus bodas, iba una jóven, que era la admiracion de todos. Rubia poseia una hermosura agradable y seductora, graciosa en demasia, y de un talento estraordinario.

Volvía al fin tan afectuosa que me encantaba, seductora hasta el punto de maravillarme; la poesía; y como les sucede a quienes un exceso de luz les perturba la vista, nada advertía yo más allá del confuso deslumbramiento que me enceguecía. Gracias a la ausencia de razonamiento, mejor dicho, a mi ceguera, me sumergí en los meses siguientes como si hubiera entrado en lo infinito.

Concluida la guerra, Sid'Omar regresó a Milianah; pero, aun hoy, cuando se habla de Abd-el-Kader en su presencia, palidece y le relampaguean los ojos. Sid'Omar tiene sesenta años, y a pesar de la edad y de la viruela, conserva la hermosura del rostro: grandes pestañas, mirada de mujer, una sonrisa seductora, modales de príncipe.

El teatro de Tirso se puede comparar á esos países maravillosos que describen los poetas románticos, en donde las brisas más perfumadas y la música más atractiva encadenan el corazón y los sentidos del caminante; en donde millares de sendas que se cruzan, le llevan ya á jardines soberbios, ya á valles risueños, ya á abismos insondables que dan vértigos, al lado de altísimas montañas que se pierden en las nubes; en donde se oyen las voces burlonas de los duendes que salen de las cavernas, y vuelan los genios por el aire, y en donde el brillante cielo de la poesía ilumina con su luz seductora hasta las encrucijadas engañosas y las sendas no holladas.

Las gentes se los imaginan numerosos y apretados como las piedras de un pavimento, pero sólo un buque entre mil recibe sus ataques... Además, contigo no temo nada: si nuestro destino es perecer en el mar, moriríamos juntos. Se hizo insinuante y seductora, avanzando las manos sobre los hombros de él, tirando de su cuello con un apasionamiento que equivalía á un abrazo.

Y Carmen, desde la imagen benigna de Salvador lanzaba su pensamiento vertiginosamente a la imagen seductora y pérfida de Fernando, y se estremecía con temblamientos angustiosos. Fernando le parecía un sueño delicioso y doloroso que le mordía el corazón.

Palabra del Dia

consolándole

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