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Actualizado: 7 de mayo de 2025
Cosa es cierta. Al fin la comedia está Subida ya en tanta alteza, Que se nos pierde de vista: ¡Plega á Dios que no se pierda! Hace el sol de nuestra España, Compone Lope de Vega, La fénix de nuestros tiempos Y Apolo de los poetas, Tantas farsas por momentos, Y todas ellas tan buenas, Que ni yo sabré contarlas, Ni hombre humano encarecerlas.
Pues todos callan ante mí, yo callo ante todos. Veo, oigo y pienso. Así sabré todo lo que quiero. ¡Qué hermosa es la verdad, mejor dicho, estos bordes del manto de la verdad que alcanzamos a ver en la tierra, porque el cuerpo del manto y el de la verdad misma no se ven desde estos barrios!... Dios mío, me asombro de lo cuerdo que estoy.
Viendo esto el cura, deseoso de saber qué gente era aquella que con tal traje y tal silencio estaba, se fue donde estaban los mozos, y a uno dellos le preguntó lo que ya deseaba; el cual le respondió: -Pardiez, señor, yo no sabré deciros qué gente sea ésta; sólo sé que muestra ser muy principal, especialmente aquel que llegó a tomar en sus brazos a aquella señora que habéis visto; y esto dígolo porque todos los demás le tienen respeto, y no se hace otra cosa más de la que él ordena y manda.
¡Eh! boba, yo lo sabré pronto, y sin informar a nadie.... Tengo mil medios de averiguarlo.... Te prometo que saldrás de la curiosidad.... Pilar dio dos o tres golpecitos en la barbilla a Lucía, que estaba grave y aun algo confusa. ¿Paseamos hoy, señora enfermera? interrogó la anémica. Sí, y beberás leche en Vesse.
De este modo te acogerá como á un aliado, porque, es triste decirlo, pero ella no entrega su sobrina á un buen muchacho capaz de hacerla feliz, sino á un hijo ingrato que pone en peligro la dicha de mi vida. No protestes; yo sabré, naturalmente, á qué atenerme y la apariencia de la falta bastará. Tú, continuarás amándome tanto más cuanto más grande te parezca mi sacrificio.
Le expliqué la naturaleza de esta gratificación. Me la hizo repetir. ¿Y es esta la costumbre? agregó. Sí, señora, toda vez que se consiente en un nuevo contrato. Pero ha habido en treinta años, según creo, más de diez contratos renovados... ¿Cómo es que no hemos oído hablar jamás de semejante cosa? No sabré decírselo, señora.
Luce el sol de nuestra España; Compone Lope de Vega, La fénix de nuestros tiempos Y Apolo de los poetas, Tantas farsas por momentos, Y todas ellas tan buenas, Que ni yo sabré contarlas, Ni hombre humano encarecerlas.» Después menciona Rojas otros dramáticos, cuyo mayor número son los que, según Cervantes, «han ayudado á llevar esta gran máquina al gran Lope.»
Yo gozaba, no sabré deciros qué placer; pero me sentía feliz y joven, y poderoso: me sentía engrandecido. Sí, la dije, mientras ella callaba, con la vista inclinada, las mejillas encendidas, sobresaltada: quiero que no vuelvas al taller. ¿Y qué he de hacer? me dijo. ¿Gravar a usted? ¿vivir en el ocio? No, no podría. Quiero que entres en un colegio. ¿Y para qué? No: eso no puede ser.
Luego, recuperando su aplomo, y acompañando su frase con una alegre risa comprometedora, añadió: Veremos; ya sabré yo retenerlo. Al fin de las tertulias es cuando uno se divierte más, y si en nuestra casa usted cosecha tesoros de alegría, no permitiré que vaya a gastarlos en otra parte, se lo prometo.
»Al escuchar sus palabras sentí el aguijón del remordimiento y estuve a punto de revelárselo todo; pero pensé en Magdalena para quien el disgusto que ello le hubiera ocasionado habría sido más pernicioso que la entrevista en proyecto, y esta consideración me dio fuerzas para abstenerme de decir nada a su padre. »Por lo demás, cuando sea necesario yo velaré sobre mí y sabré dominarme.
Palabra del Dia
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