United States or South Africa ? Vote for the TOP Country of the Week !


De este modo te acogerá como á un aliado, porque, es triste decirlo, pero ella no entrega su sobrina á un buen muchacho capaz de hacerla feliz, sino á un hijo ingrato que pone en peligro la dicha de mi vida. No protestes; yo sabré, naturalmente, á qué atenerme y la apariencia de la falta bastará. , continuarás amándome tanto más cuanto más grande te parezca mi sacrificio.

Tengo, pues, la necesidad de ser amado, en distinta forma que la de una amistad de colegio... No protestes; te estoy muy agradecido por la adhesión que me demuestras y que no dudo me conservarás, suceda lo que quiera. También me cumple decirte que te quiero mucho. Pero has de permitirme que considere un poco tibias las afecciones que me han tocado en suerte.

Decididamente, te haces más práctico que yo; tienes el espíritu más comercial, es evidente; estás en el movimiento, y, además, es conveniente que las antiguas casas sean renovadas; eres joven, activo, enérgico, y he pensado, con frecuencia, que podías sustituirme... ¡No protestes!

Lo que vas á hacer, querido Ra-Ra dijo , es quedarte quietecito dentro de este bolsillo, donde encontrarás una agradable sorpresa. ¿Crees que voy á perder el tiempo mezclándome en esta ridícula guerra entre hombres y mujeres?... ¡A callar! Es inútil que protestes, porque no te oiré. Ahora ya no necesito guías; puedo moverme solo.

Es superior á , y las mujeres se sienten atraídas por toda superioridad... Yo soy un cobarde. , no protestes; soy un cobarde, con toda mi juventud, con todas mis fuerzas. ¿Cómo no habías de sentirte impresionada por la conducta de ese hombre?... Pero yo recuperaré lo perdido... Este país es el tuyo, Margarita; yo me batiré por él. No digas que no...

Leonora abandonó el hombro de su amante, se desasió de sus brazos; limpiaba sus lágrimas y se erguía con la firmeza del que ha adoptado una resolución irrevocable. Estoy decidida a todo. Me hace mucho daño lo que voy a decirte, pero no retrocederé: será inútil que protestes. Ya no puedo estar bajo este techo; comprendo que he acabado para mi tía: ¡pobre vieja!

Un helado calofrío recorrió todo mi cuerpo al oírla proferir, con el tono tranquilo de un colegial que recita una lección, esas palabras de una tristeza desesperante. No protestes continuó, no es sólo de hoy que lo ; siempre tuve ese presentimiento, y verdaderamente no necesitaba asustarme tanto hoy.