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Actualizado: 16 de mayo de 2025
No escasean en ellas escenas aisladas muy divertidas, aunque se echen de menos aquellas cualidades, que tanto brillaron en los dramáticos posteriores, como fogosa imaginación, ingeniosa y osada inventiva, fuente inagotable de aventuras románticas, y ese interés que inspiran generalmente sus composiciones, no obstante el incomparable enredo y la complicación de la intriga, que no por eso llega á cansar nunca.
Comía lo que le daban, acogía como indiscutibles todos los actos de su mujer, y curado ya de las manías románticas, sólo pensaba en los negocios y en conquistar una fortuna para que su esposa pudiese ver realizadas sus altas aspiraciones. Doña Manuela gozaba de una libertad absoluta, como jamás la había soñado.
Subió Nones, y la dama, después de recomendar al sillero y a otros vecinos que barrieran la delantera de las respectivas puertas, iba a subir también; pero le interceptaron el paso dos sujetos que bajaban. Era el uno don José Ido del Sagrario, a quien no conocerían los testigos de sus románticas hazañas al principio de esta historia, según estaba ya de bien trajeado y limpio.
Candore, como un verdadero paladín, iba todas las mañanas a tomar las órdenes de las señoras para el día. El tiempo estaba hermoso y había que aprovecharlo. Era la ocasión de hacer expediciones románticas a La Lucerne y a Chanteloup. ¿Cómo rehusar? Estaba hecho el ofrecimiento con tanta amabilidad y la enferma palmoteaba con tan infantil alegría... Liette no lo pensaba siquiera.
Junto a la imaginación exaltada del dependiente debía existir una enorme cantidad de sentido práctico capaz de sofocar todas las fantasías y caprichos, y a esto se debió, sin duda, que Melchor se reprimiera en sus románticas extravagancias, y en adelante, aunque sin abandonar la lectura de novelas, se dedicara con más asiduidad a sus quehaceres.
Don Álvaro en aquel papel que olía a mujerzuela, hablaba con frases románticas e incorrectas de su crimen, de la muerte de Quintanar, de la ceguera de la pasión. «Había huido porque...». ¡Porque tuviste miedo a la justicia, y a mí también, cobarde! se dijo Frígilis.
Acabo de conseguir descubrir la verdad y conocer el móvil profundamente escondido detrás de todo ello. Mi primer encuentro con Herberto Hales fue aparentemente casual y tuvo lugar en la calle Widemarsh, en Hereford. Era entonces una niña de colegio que estaba terminando mis estudios, y tan llena de ideas románticas sobre los hombres como les sucede a todas las niñas en esa edad.
Para amortiguar su pena intentaron embellecer el próximo viaje con reminiscencias románticas y optimismos tradicionales.
Como á la Edad Media había sucedido rápida é insensiblemente la época de que tratamos, heredando muchas de sus ideas y costumbres, duraba en el pueblo la afición á las tradiciones románticas y á la poesía caballeresca.
Se fundó la ciudad en 1545, y en cincuenta años llegó a tener 170,000 habitantes, aunque ahora no cuenta con más que 25,000. Hay muchas leyendas e historias románticas de esta ciudad, que bien merece una visita. Todavía se usan muchos pantanos construídos por los españoles en 1621 para abastecer de agua a la ciudad.
Palabra del Dia
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