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Actualizado: 28 de junio de 2025
Este género de construccion es por hiladas de sillares, en las que alternan uno por largo y otro ú otros dos como de canto; y el escrupuloso observador Diaz de Rivas lo hace peculiar de las fábricas arábigas. Adviértese en S. Lorenzo, de la cual hay tradicion que ocupa el sitio mismo de la basílica erigida en 262 por escitacion de S. Sixto II en el solar donde habia nacido el santo mártir.
Y de aquí la multitud de preciosos romances moriscos y el tinte imaginariamente oriental que engalana tantas de nuestras obras poéticas, desde los mismos romances moriscos que incluye en sus Guerras Civiles el mencionado Ginés Pérez de Hita, hasta los admirables romances de Góngora y de D. Nicolás Moratín, hasta el arabismo cordobés del duque de Rivas en El moro expósito, y hasta los esplendores y ensueños orientales del valenciano Arolas y del instintivo y popularmente iluminado poeta Zorrilla en su leyenda de Alhamar y en otras composiciones y fragmentos.
Por fortuna, en su nueva comedia, titulada Solaces de un prisionero, ha demostrado el duque de Rivas, de la manera más brillante, que las comedias de Lope y de Calderón se prestan á arreglos á la moderna, y que el cultivo de estas plantas antiguas indígenas promete mejor cosecha que los miserables arbustos, que se importan en España del extranjero.
Las mujeres casadas añaden al suyo el de sus maridos, con su de corriente, y así, tu madre firmaba Rafaela Santa María de Arias. Hay muchos apellidos nobles que no lo tienen. En Sevilla, el marqués de C... es J. P. El conde del A..., F. E. El marqués de M..., A. S. Mi hermano se llama León Santa María, y el duque de Rivas pone en el frontispicio de sus obras Ángel Saavedra.
En esa reducida fortificación se reunían también todos los embajadores, acreditados en las Cortes de Italia, por cuya razón su residencia en este lugar proporcionó á nuestro poeta, llenándolo de alegría, conocer y tratar á dos españoles, distinguidos por sus méritos literarios, á saber: á Martínez de la Rosa y á D. Angel de Saavedra, duque de Rivas, embajador el primero en Roma y el segundo en Nápoles.
En esta ocasion descubrieron las aguas á la otra parte del rio vestigios de edificios antiguos, sobre lo que escribió D. Pedro Diaz de Rivas una curiosa y erudita carta al abad de Rute D. Francisco Fernandez de Córdoba. A 22 de mayo murió el célebre racionero D. Luis de Góngora y Argote, que fué considerado por su ingenio, erudicion y poesía, como el fénix de su siglo.
Algunos artículos del Catálogo del Sr. García Pérez tienen extraordinaria extensión y retratan hábilmente la condición moral y la vida del personaje á que se refieren. Entre estos artículos merece mencionarse aquí el del famoso conde de Villamediana, poetizado por su trágica muerte y por los bellos romances históricos del duque de Rivas.
La poesía en verso y por todo lo alto está en general harto desacreditada y a pesar de Quintana, Gallego, Duque de Rivas, Espronceda, Zorrilla, Campoamor, Núñez de Arce y bastantes otros que viven o han vivido en el siglo que está terminando, se nos anuncia fatídicamente que va a desaparecer la forma poética. Y no se crea que lo escrito en prosa ha conquistado todo el favor y está muy boyante.
Pues... si lo habéis querido decir, ¿por qué no lo habéis dicho?, según la célebre expresión de don Juan Nicasio Gallego, el cual, así como el duque de Rivas, Quintana, Bretón, Martínez de la Rosa, Hartzenbusch y otros muchos, han cometido la pifia de ser hombres eminentes y poetas de primer rango sin dejar de ser españoles en la forma ni en la esencia. ¿Habéis por ventura querido decir valiente?
Estos dos y el de Isabel Pacheco fueron los más frecuentados desde el año 1574; en ellos representaron las compañías de Ganasa, Alonso Rodríguez, Hernán González, Juan Granados, Alonso Velázquez, Francisco Salcedo, Alonso Cisneros, Rivas, Saldaña y Francisco Osorio, los más célebres que vinieron á Madrid desde aquel año hasta el de 1579.
Palabra del Dia
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