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Actualizado: 17 de mayo de 2025
Y agora, en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna, aunque la oculte y cierre otro nuevo laberinto como el de Creta; porque allí, por los resquicios o por el aire, con el celo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia y les hace dar con todo su recogimiento al traste.
«¡Es Álvaro!» pensó don Víctor, y se echó el arma a la cara. Mesía estaba quieto, mirando hacia la calleja, inclinado el rostro, atento sólo a buscar las piedras y resquicios que le servían de estribos en aquel descendimiento. «¡Es Álvaro!» pensó otra vez don Víctor, que tenía la cabeza de su amigo al extremo del cañón de la escopeta.
Por razones que se conocen, la habían dicho cómo era el mundo que a ella le convenía imaginar, no el que en realidad le estaba destinado: un mundo que no era bueno, aunque no tan malo como el que le ocultaban; pero, al cabo, era un mundo práctico, con sus hombres y sus mujeres, y sus cuestas abajo y sus cuestas arriba; el mismo que ella veía por los resquicios de su encierro, y en las historias que aprendía para instruirse, y en los pocos libros de imaginación que se le daban para entretenerse.
Los criados, o eran fieles, o temían y no daban luz, por más que Viváis-mil-años los agasajaba y los convidaba a la taberna; ellos no decían de su señora sino que era una dama honestísima, que tenía penas y que las lloraba en su soledad: si aquellas eran penas de amor, los criados no lo decían, o no lo sabían, y Viváis-mil-años vivía como un alma en pena, metiendo las narices por todos los resquicios, y sin oler nada que le sirviese para cerciorarse de qué casta de, pájaro era aquel prodigio humano, que siendo rica y joven huía del mundo, y siendo hermosa no buscaba el amor.
<tb> Iba ya el resplandor del día dibujando líneas de luz por entre los resquicios y rendijas del maderaje del balcón, cuando don Juan, desasiéndose de los brazos de Cristeta, entre melosidades y ternezas, se fue a su cuarto, donde desbarató su propia cama para que los criados ignorasen que no había dormido allí.
Pero me había dormido con la curiosidad recelosa de conocer de vista la tierra en que voluntariamente acababa de sepultarme; y sintiendo revivir de golpe aquel vehemente deseo al ver un poco de luz que se filtraba por los resquicios de las puertas, levantéme de prisa, lavéme tiritando de frío, envolvíme en el abrigo más espeso de los varios que tenía a mi alcance, y me asomé al mismo balcón a que me había asomado por la noche.
Pues todo lo que has oído es nada, comparado a lo que te pudiera contar. CIPIÓN. Y con esto pongamos fin a esta plática; que la luz que entra por estos resquicios muestra que es muy entrado el día, y esta noche que viene, si no nos ha dejado este grande beneficio de la habla, será la mía, para contarte mi vida. BERGANZA. Sea ansí, y mira que acudas a este mismo puesto.
La noche era horrible: los vidrios rajados o mal juntos dejaban paso al frío por roturas y resquicios: no había rescoldo en el fogón, ni cisco en el brasero, ni provisiones en la alacena, ni casi ropas en las camas, porque el carbonero ya no fiaba, ni el tendero se compadecía, ni el prestamista devolvía las mantas sin que le pagasen lo estipulado; y los pequeñuelos lloraban y los mayorcitos pedían pan, mientras los padres se miraban silenciosa y desesperadamente, ya pronto el hombre a toda maldad y dispuesta la mujer a todo sacrificio.
La honra puédela tener el pobre, pero no el vicioso; la pobreza puede anublar a la nobleza, pero no escurecerla del todo; pero, como la virtud dé alguna luz de sí, aunque sea por los inconvenientes y resquicios de la estrecheza, viene a ser estimada de los altos y nobles espíritus, y, por el consiguiente, favorecida.
Lo de saltar la tapia ofreció algunas dificultades; pero una noche, por la parte de fuera en la solitaria calleja de Traslacerca, el Tenorio preparó removiendo piedras y quitando cal, dos o tres estribos muy disimulados en el muro, hacia la esquina; hizo también con disimulo fingidas grietas o resquicios que le permitieron apoyarse y ayudar la ascensión, y quedó así vencido el principal obstáculo.
Palabra del Dia
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