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Actualizado: 20 de julio de 2025
Se entabló una disputa animada, violenta, entre ambos. Cobo se mantuvo en sus trece sosteniendo con brío que no había tal azorar, que a nadie se lo había oído en su vida y eso que estaba harto de hablar con personas ilustradas. El joven y perfumado concejal le respondía brevemente sin abandonar la sonrisilla impertinente, seguro de su triunfo.
Manín, hombre, repara que estás molestando a esas señoras le decía a lo mejor hallándose ambos en cualquier tienda. Bueno, bueno; pues si quieren estar a gusto, que traigan de casa un jergón y se acuesten respondía el bárbaro en voz alta. D. Pedro se mordía los labios para no soltar el trapo, porque le hacían extremada gracia tales groserías y brutalidades.
¡Bah! son cosas de jóvenes; yo he sido así respondía a los reproches agridulces de su hermana con más pesar que arrepentimiento. Gracias a sus larguezas, el joven, agregado a la embajada de Londres, pudo hacer anchamente la gran vida inglesa, hasta el punto de que su salud se resintió y tuvo que pedir una licencia prolongada.
No dudó ni un instante de que el duque fuese el asesino. Arrojó el cadáver sobre la cama y corrió con toda su masa hacia el viejo. Le golpeó, le mordió las manos y buscó sus ojos para arrancárselos, pero el duque era insensible y no respondía a aquellas violencias más que por un grito uniforme que debía ser en lo sucesivo su único lenguaje.
Era una injusticia. «¿Para qué poner tan alta la lámpara?» decían algunos un tanto ofendidos. Doña Rufina se encogía de hombros. «Cosas de ese» respondía aludiendo a su marido.
Tenía una sospecha ... Aquella mujer es muy rara. ¡Si vieras qué miedo me daba cuando se ponía á orar, quedándose mucho tiempo quieta é insensible, como si estuviera muerta! Se ponía de rodillas, miraba al techo, y así estaba dos ó tres horas sin moverse, y hasta parecía que no respiraba. La tocaba yo, y nada; la llamaba, y no respondía.
Y vemos en la divina Escritura que Moisés preguntaba a Dios continuamente, y asimesmo David y otros reyes de Israel; y Dios les respondía, hablaba con ellos y no se enojaba, porque aún no estaba asentada la fe.
Velázquez embromaba á la graciosa Cardenala sobre su tristeza. ¿Por qué tenía aquella cara tan larga? ¿Por qué no hablaba? ¿Había visto al lobo? ¿Dónde le había cogido aquel aire? Mercedes respondía con palabras sueltas y breves, casi siempre agudas; porque tenía ingenio y sal la muchacha. Los demás reían y tomaban parte en la broma.
El cura respondía de buen grado a la granizada de preguntas que el sobrino le disparaba: hasta parecía complacido de mostrar sus conocimientos en el cultivo y valor de las tierras. Cuando la conversación aflojaba, Andrés hacía supremos esfuerzos para reanimarla. Mas llegó un momento en que fue preciso hacer alto.
Mira al secretario del ayuntamiento qué casa tan hermosa está levantando en la plaza.» ¿Y qué sueldo tiene el secretario? preguntaba Octavio. Diez mil reales. ¿Y con diez mil reales al año se levantan casas magníficas? Ahí verás tú respondía D. Baltasar guiñando maliciosamente el ojo izquierdo.
Palabra del Dia
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