Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de octubre de 2025
El señor Samdai tenía que hablarle, para lo cual era preciso que se fuese mi hombre al Matadero por la noche, que estuviese allí quemando ilcienso, y rezando en medio de los despojos de reses y charcos de sangre, hasta las doce en punto, hora invariable de la entrevista.
Además de las reses que se distribuyen los días de ración, se matan cada día una o dos reses para el consumo diario de los curas, administrador, enfermos, corregidor, mayordomos, los de oficios, y generalmente los sirvientes del colegio, que son en gran número.
Del fondo de la máquina voladora partió, silbando, un hilo plateado, que, después de dar varias vueltas en el aire como una serpiente delgadísima, se metió por la cabeza de Gillespie, no parando hasta sus hombros. El ingeniero se sintió cogido lo mismo que las reses de las praderas americanas á las que echan el lazo.
Calculaba además las complicaciones y desembolsos de una partición judicial de nueve estancias considerables, centenares de miles de reses, depósitos en los Bancos, casas en las ciudades y deudas por cobrar. ¿No era mejor seguir como hasta entonces?... ¿No habían vivido en la santa paz de una familia unida?... El alemán, al escuchar su proposición, se irguió con orgullo. No; cada uno á lo suyo.
Cuando la corrida era popular, bajaba a la arena la muchedumbre, atacando en masa al toro, hasta que conseguía derribarlo, rematándole a puñaladas. No existían las corridas de toros continuaba el doctor . Aquello eran cacerías de reses bravas... Bien considerado, la gente tenía otras ocupaciones y contaba con otras fiestas propias de la época, no necesitando perfeccionar esta diversión.
Preparaban en una plaza el combate de un toro con un león y un tigre de cierto domador famoso, y el ganadero envió a Barrabás, animal perverso al que tenía aparte en la dehesa, pues andaba a cornadas con los compañeros y llevaba muertas muchas reses. También vi yo eso decía el de Moraima . Una gran jaula de jierro en medio del reondel, y Barrabás en ella.
El alcalde llamó á los dueños de las reses muertas, para que se presentasen á reconocer los restos que el pastor exponía á la consideración del concejo, para cumplir con un requisito exigido por éste.
Otra vez se encontraban en el camino con un par de reses y su conductor. Es preciso se le decía entonces que pondere usted mucho y muy recio esos animales. ¿Para qué? preguntaba asombrado don Simón. Para que lo oiga el que va con ellos. ¿Y qué tengo yo que ver con él? ¡Friolera!... ¡Es un elector! ¡Aunque sea el preste Juan de las Indias!... ¡Yo no hago esas tonterías!
También se consumen varias reses en las faenas de comunidad, pues regularmente se les da de comer a mediodía, o al tiempo de retirarse del trabajo, mayormente cuando la faena es algo pesada. De modo que a un pueblo que tiene 300 indios de trabajo se le puede regular de consumo 2.000 reses al año.
Dos, señora, dos dijo Plácido corroborando con igual número de dedos muy estirados lo que la voz denunciaba . No les pude ver las estampas. Eran de estas de mantón pardo, delantal azul, buena bota y pañuelo a la cabeza... en fin, un par de reses muy bravas. A la semana siguiente, otra delación: «Señora, señora...». ¿Qué?
Palabra del Dia
Otros Mirando