Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de junio de 2025
Fué en esa altura estupenda donde tremoló por primera vez el estandarte de los reyes católicos, el 2 de enero de 1492, para anunciar á todos los habitantes de la Vega que el reinado de Boabdil habia terminado. Renuncio á la pretension de revelar las hondas emociones que me dominaron durante la contemplacion de aquel espectáculo admirable.
Tanto se envalentonó don Juan a consecuencia de la entrevista en la Moncloa que, por conducto de Julia, envió a su hermosa deseada la carta siguiente: «Cristeta de mi vida: No renuncio a que hablemos en lugar seguro. Tu marido está muy lejos de Madrid, y nada tiene de particular que una señora pase a cualquier hora del día por esta calle. Aquí en mi casa te aguardo mañana a las tres.
Tengo deseos de ver otra vez el colegio de Vergara, donde estuve dos años... Porque nosotros nos casamos; es cosa resuelta... Mi madre podrá tener intención de dedicarme a vestir imágenes, pero desde ahora renuncio al empleo. Ni me siento en el polletón, ni quiero que San Elías me apunte en su libro de memorias. ¿Qué es eso de San Elías?
Desde entonces todo fué vida y actividad; y aunque tuviese el dolor de ver malogrado sus esfuerzos, no por esto renunció á la esperanza de hacer valer su experiencia para que se acogiesen sus indicaciones. Entre los arbitrios que propone, y que nos han parecido oportunos y practicables, hay uno que debe llamar la atencion del Gobierno, porque puede contribuir á aumentar los recursos del erario.
Como esta evolución del ánimo de Bermúdez se le reflejó en la cara, y se la tornó risueña y apacible, y fueron también risueñas y apacibles sus palabras, Nieves renunció al propósito con que se había levantado de revelarle el secreto, en la mejor forma que pudiera, si continuaba el pobre hombre en las torturas de la víspera.
Sin embargo, avergonzada aún de lo que había pasado entre ambas y quizá también á causa de un cierto rencorcillo que no había podido arrojar de sí, renunció á pedírsela. Resolvió ir á casa de María-Manuela, y partir al día siguiente en el tren.
Ella se siente atraída por todas las cosas grandes: heroísmos, sacrificios, etcétera; pero acabó peleándose con sus superiores y renunció á su bello papel. Alicia, con la mirada y el gesto, parecía apiadarse de su inutilidad. ¿Qué podía hacer yo? Cada vez era mayor mi ruina.
Tú no tienes que levantarte temprano. ¡Venga otra botella! Y despaché otra botella, o, mejor dicho, parte de ella, porque lo menos los dos tercios de su contenido se los apropió el monarca. Tarlein renunció a predicar moderación y pronto nos pusimos todos tan alegres de cascos como sueltos de lengua.
¿Y cómo se llama? Juan Martínez Montiño. ¡Ah! ¿es pariente del cocinero del rey? Su sobrino carnal, hijo de su hermano. Don Francisco, no merecéis que yo os hable con lisura. ¿Por qué? Porque vos no sois conmigo liso y llano. Cogedme en un renuncio. Estáis cogido. ¿Por dónde? Por ese mancebo. ¿Y por qué? ¿Por qué? ¿no decís que es sobrino del cocinero mayor? Así resulta de su partida de bautismo.
No sé como el bueno del funcionario arregló el negocio, pero el resultado fue que la Adela renunció por ante escribano a todo dominio sobre Amparo, y el padre Ambrosio la adoptó con todas las formalidades prescritas por las leyes. Todo aquello se hizo en muy pocas horas. Amparo no pasó la noche en mi casa.
Palabra del Dia
Otros Mirando