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Inútil es hablar de su recepción en el castillo de Monteagudo, y de la inmensa ventura que llenó aquel dichoso hogar, poco antes tan agobiado por la tristeza y el dolor. El barón León de Morel vivió todavía largos años, colmado de honores, tranquilo y feliz. La dicha de Roger de Clinton y su esposa adorada fué también completa.

El carpintero de a bordo estaba haciendo en aquellos momentos el cajón para Pachín Muiños. El mismo don Carmelo acababa de comunicarle la orden. Isidro no escuchó más. Nélida le hacía señas para marcharse. En medio de su entusiasmo por la popular recepción, experimentó la joven un sentimiento de menosprecio y asco hacia aquellas gentes.

Todo el Tandil se conmovió con el memorabilísimo acontecimiento de la llegada del capitán Pérez. No se le hizo una gran recepción pública, porque, no habiéndose previamente anunciado, su arribo fue imprevisto... ¡Ya les quedaba tiempo a los tandilenses para las manifestaciones! Ignacio, en cuanto llegó con su amigo, tuvo una larga y reservada conferencia con su familia.

La próxima vez que vayáis, os ruego me lo aviséis en tiempo, y me consideraré muy honrada en acompañaros. Sin querer exagerar mi importancia, creo que una palabra mía servirá para proporcionar á cualquier caballero extraño una excelente recepción de parte de aquel potentado que sabéis.

Después de tan satisfactoria conferencia, la señora de Aymaret volvió a su casa y se tendió en un sofá durmiéndose con sueño de justo. El día siguiente de estos sucesos era un lunes, y, por consecuencia, el de recepción en casa de Beatriz.

Figuráos la recepcion del enviado de Constantino al califa An-nasír. Al verse introducido el griego en el magnífico salon, no acierta á disimular su asombro: los de su comitiva le siguen deslumbrados y confusos al acercarse al poderoso sultan que llena con su noble magestad el trono.

La novia del Saleri cantó, acompañada por Primo, un jaleo o canto gitano, que tampoco fue de mi gusto. El conde permanecía grave, silencioso, apurando con sosiego las cañas que le vertían, respondiendo a las preguntas con exquisita cortesía, cual si se hallase en una recepción palaciega. Su actitud, correcta, contrastaba con los modales descompuestos, rufianescos, de los amigos.

Visitaba un General los pueblos del Sur de Luzón y en plena recepción oficial en uno de ellos, le preguntó el General al Gobernadorcillo sobre el estado de la localidad, á lo que con gran claridad y precisión le contestó: Con el cólera, la langosta, las viruelas y la visita de V.E. el pueblo está al pelo.

En un arroyo, dijo Roger; y tomando la palabra les refirió los incidentes de su jornada, el ataque del bandolero, su encuentro con el rey, la recepción que le hizo su hermano y el rescate de la hermosa cazadora. Escuchábanle los otros atentamente, pero no había acabado su relato, que hacía andando entre los dos amigos, cuando Simón volvió pie atrás y se alejó dando resoplidos.

Para este fin se agregan á los eunucos otros oficiales palatinos y maulís del califa, que con mucha habilidad hacen despejar el campo á los intrusos. Entre tanto el califa se ocupa en el ceremonial de la recepcion, va y viene del palacio antiguo al palacio nuevo, dicta órdenes, y señala por último el dia de la admision del estrangero á su presencia.