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Actualizado: 3 de noviembre de 2025


Pero como el mensú parecía gustar realmente de la dama cosa rara en el gremio Cayé ofreciósela en venta por un revólver con balas, que él mismo sacaría del almacén. No obstante esta sencillez, el trato estuvo a punto de romperse, porque a última hora Cayé pidió se agregara un metro de tabaco en cuerda, lo que pareció excesivo al mensú.

Era un espíritu prudente, metódico, fértil en recursos para explicar el origen y el fin de las cosas, y procedía casi siempre en sus disquisiciones por medio de símiles que extraía del reino vegetal y alguna rara vez también del animal.

Mi criado, que venía atrás, al pie de la mula que llevaba a una de las niñitas, se encargaría de mi exhausta montura. «Ahora, amigo, arreglemos el alquiler». Daba vueltas al sombrero de paja, sacaba y volvía a meter en la cintura el inevitable par de alpargatas nuevas, me hablaba largamente de las condiciones de su alazán, que tenía galope, cosa rara en los caballos de montaña, etc.

Víme solo en el mundo, y en ocasión en que una linda aragonesa, hija de un diputado a cortes de Cádiz, recogiéndome y ocultándome en su casa, cubierto de heridas, me salvó la vida por una rara combinación de circunstancias.

Rara vez le pone las manos, y si la sorprende en un trato criminal echa toda la culpa al galan, á quien corrige con toda severidad, si no satisface la injuria con un buen regalo.

Hemos estudiado con el mayor esmero esta faz de la civilizacion parisiense, y debemos decir que muy rara vez hemos visto que una manifestacion pública del individuo, esté en discordancia con el precepto de la sociedad: es decir, con las leyes escritas.

De Europa van a África hombres buenos, que no quieren que haya en el mundo estas ventas de hombres; y otros van por el ansia de saber, y viven años entre las tribus bravas, hasta que encuentran una yerba rara, o un pájaro que nunca se ha visto, o el lago de donde nace un río: y otros van de tropa, a sueldo del Khedive que manda en Egipto, a ver como echan de la tierra a un peleador famoso que llaman el Mahdí, y dice que él debe gobernar, porque él es moro libre y amigo de los pobres, no como el Khedive, que manda como criado del Sultán turco extranjero, y alquila peleadores cristianos para pelear contra el moro del país, y quitar la tierra a los negros sudaneses.

Casi eran los únicos artículos que allí faltaban las carnes de vaca y de carnero y toda la pasmosa variedad de sabrosos productos que resultan de la matanza y sacrificio de los cerdos. Ya estuviesen hablando don Paco y Juana, ya estuviesen jugando al tute, Juanita rara vez suspendía su costura o su bordado; pero, sin suspenderlos, solía tomar parte en la conversación del modo más agradable.

Silas Marner era probablemente capaz de hacer otro tanto, y aun más; ahora se veía muy bien por qué había venido de un país desconocido, y por qué tenía una fisonomía tan rara. Pero era preciso que Sally Oates no se lo fuera a decir al señor Kimble, porque el doctor no tomaría a bien lo que había hecho Marner.

En la misma calle de San Pablo, núm. 84, hay otra casa célebre, no ya por su estructura artística, sino por la rara é interesantísima historia que recuerda.

Palabra del Dia

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