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Actualizado: 9 de junio de 2025
Los tranquilos moluscos que veía ahora en el fondo de las aguas, agarrados a las peñas como botones obscuros, le parecían seres divinos guardadores en su estúpida quietud del misterio de la creación. Admirábalos augustos y grandes, como los monstruos que adoran los pueblos salvajes por su inmovilidad, y en cuyo quietismo creen adivinar la majestad de los dioses.
Luego, como si este saludo matinal los hubiera saciado por el momento, buscaron la sombra de un toldo, y sentados en dos sillones, contemplaron el Océano en dulce quietismo, mirándose sin palabras. Fernando la examinaba a la luz del sol, gozándose con extraña crueldad en su desencanto, cada vez mayor.
Los sucesos se atropellaban; el mundo parecía resarcirse en una semana del largo quietismo de la paz. El viejo vivió en la calle, atraído por el espectáculo que ofrecía la muchedumbre civil saludando á la otra muchedumbre uniformada que partía para la guerra. Por la noche presenció en los bulevares el paso de las manifestaciones. La bandera tricolor aleteaba sus colores bajo los faros eléctricos.
La isla, que le había aceptado cortésmente, parecía alzarse ahora contra el forastero venido de lejos para trastornar su patriarcal quietismo, su existencia concentrada, su orgullo de pueblo aparte, con la misma fiereza que se había alzado en otros siglos contra el normando, el árabe o el berberisco desembarcados en sus costas. Imposible hacer frente a todos: huiría.
Ella en uno de sus vehículos monumentales, pues no gustaba de andar, acostumbrada al quietismo de la estancia ó á correr el campo á caballo. Desnoyers, el hombre de los cuatro automóviles, los aborrecía, por ser refractario á los peligros de la novedad, por modestia, y porque necesitaba ir á pie, proporcionando á su cuerpo un ejercicio que compensase la falta de trabajo.
Ahora disponen de más soldados que nunca, de prodigiosas herramientas de destrucción, y sin embargo se mantienen en forzado quietismo, armados hasta los dientes.
Filipinas por su situación, sus tradiciones, sus costumbres, su falta de necesidades, su desconocimiento de lo supérfluo, yacía hasta hace pocos años en perfecto quietismo.
Es posible que quedes algo resentido de la pierna, pero tienes una naturaleza de hierro y saldrás adelante. La curación de Gallardo siguió los términos anunciados por Ruiz. Cuando, pasado un mes, la pierna fue libertada de su forzado quietismo, el torero, débil y cojeando un poco, pudo ir a sentarse en un sillón del patio, lugar donde recibía a sus amigos.
Así se aprende con mas facilidad, se percibe con lucidez y exactitud, y se auxilia poderosamente la memoria. Necesidad del trabajo. De las doctrinas de este capítulo sobre la inspiracion é intuicion, ¿podremos inferir la conveniencia de abandonar el discurso, y hasta el trabajo, y de entregarnos á una especie de quietismo intelectual? No ciertamente.
Lo que Filipinas ha adelantado en confort y buen gusto de pocos años á esta parte, merece otro capítulo. Mejoras. Transformaciones llevadas á cabo por el canal de Suez. Seis meses reducidos á treinta días. Quietismo. Mares bíblicos. Orientales civilizaciones. Nuevos gustos y aficiones. Inmigración europea. Comparaciones. Notables variaciones. La nipa y el hierro. Maestrillos y arquitectos.
Palabra del Dia
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