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Actualizado: 10 de mayo de 2025
Largas cajas de caoba roja y pulimentada contenían camelias, jazmines de Méjico y cactos de espesas hojas. En una linda jaula de limonero y de enrejado de plata revoloteaban unos hermosos pájaros de cabeza verde, de alas purpuradas con reflejos de oro, y bonitas cotorras de Puerto Rico, con todo el cuerpo azul, un penacho de color de naranja y el pico negro como el ébano.
¡Pára, pára, pára! interrumpió el catedrático; ¡Jesus, qué matraca!... Estamos en que los espejos se dividen en metálicos y de cristal, ¿ja? Y si yo te presentase una madera, el kamagon por ejemplo, bien pulimentada y barnizada, ó un pedazo de marmol negro bien bruñido, una capa de azabache que reflejase las imágenes de los objetos colocados delante, ¿como clasificarías tú esos espejos?
Giró varias veces sobre sí misma, y descendió rápidamente trazando una pequeña curva, reflejando sobre su pulimentada superficie algunos pálidos rayos. El anciano vió saltar gotas, oyó un ruido quebrado y el abismo se cerró tragándose el tesoro.
Cuando el nieto entró, la cara pulimentada y oscura de Primitivo podía confundirse con el tono bronceado de un acervo de calderilla o montaña de cobre, de la cual iban saliendo columnitas, columnitas que el mayordomo alineaba en correcta formación.... Perucho se quedó deslumbrado ante tan fabulosa riqueza. ¡Allí estaban sus dos cuartos! ¡Menuda pepita de aquel gran criadero de metal!
Sin embargo el dormilon no se rió; levantóse de un salto, se restregó los ojos, y como si una máquina de vapor hiciese girar el fonógrafo, empezó á recitar: «Se da el nombre de espejo á toda superficie pulimentada, destinada á producir por la reflexion de la luz las imágenes de los objetos situados delante de dicha superficie por las sustancias que forman estas superficies se dividen en espejos metálicos y espejos de cristal...
¿Yo? ¡Nada! iba á contestar el infeliz que ya no sabía de qué se trataba aturdido por tantas superficies y tantos accidentes que le martilleaban cruelmente el oido, pero un instinto de pudor le detuvo y, lleno de augustia y empezando á sudar, púsose á repetir entre dientes: Se da el nombre de espejo á toda superficie pulimentada... Ergo, per te, el espejo es la superficie, pescó el catedrático.
Lo amueblan dos sillones, una mecedora, seis sillas, un velador, una mesa y una consola. Los sillones son de tapicería a grandes ramos de adelfas blancas y rojas sobre fondo gris. La mecedora es de madera curvada. Las sillas son ligeras, frágiles, con el asiento de rejilla, con la armadura negra y pulimentada, con el respaldo en arco trilobulado.
Nego consecuentiam, ¡Padre! contestó resueltamente. ¡Hola, pues probo consecuentiam! Per te, la superficie pulimentada constituye la esencia del espejo... ¡Nego suppositum! interrumpió Juanito al sentir que Plácido le tiraba de la americana. ¿Cómo? Per te... ¡Nego! Ergo ¿tu opinas que lo que está detrás influye sobre lo que está delante?
Todas las partes del cuadro que se presenta en conjunto a la mirada, preocupan de tal modo el pensamiento, que hay que pasar largo tiempo antes de conseguir poner en orden las sensaciones que se experimentan y de distinguir los detalles; allá abajo, donde acaban el Jura y Francia, un lago que en su inmensidad presenta el aspecto de un mar; sobre sus bordes las campiñas románticas del país de Vaud, los paisajes agrestes del Valais, las ásperas soledades de la Saboya; confundiéndose con el horizonte, y tan vasta como él, la cadena de los Alpes, cuyas innumerables cúpulas se agrupan sobre la semicircunferencia del cielo, diversas de formas, de carácter, de fisonomía, de color, pero todas afectando al fuego del sol el brillo de los diferentes metales; las unas resplandecientes como la plata pulimentada; las otras, según el efecto de las sombras que se proyectan sobre sus contornos, mates como el plomo o brillantes como el acero bruñido, con reflejos azules o violados; otras, en fin, tan deslumbrantes, cuando el sol poniente las inunda, que se diría que son masas de hierro blanqueadas a la fragua. ¡Aquel día el sol se ponía con tanta magnificencia y en un cielo tan puro!
Palabra del Dia
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