United States or Spain ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al lado de estos últimos, los hay y yo me honro con la amistad de algunos que recorren los bosques de este país con el afán de enriquecer la ciencia, sufriendo toda clase de privaciones, ante la satisfacción de aumentar sus herbarios. El tipo que nos ocupa, no puedo definir á qué clase pertenece.

María dijo el duque después de algunos instantes de silencio y sacando un papel del bolsillo , cuando no puedo hablaros, canto vuestras alabanzas. He aquí unos versos que he compuesto anoche, porque de noche, María, sueño sin dormir. El sueño ha huido de mis ojos desde que la paz ha huido de mi corazón.

El capitán, desarmado por esta lógica simple, quiso apelar á la seducción. Tòni, á lo menos hazlo por . Sigamos amigos como siempre. Yo me sacrificaré en otra ocasión. Piensa que he dado mi palabra. Y el segundo, algo conmovido por sus ruegos, contestó dolorosamente: No puedo... ¡no puedo! Necesitaba decir más, completar su pensamiento, y añadió: Soy republicano...

No, Ulises, usted no me conoce, no sabe quién soy... Aléjese de . Hace unos días me era indiferente. Y odio á los hombres, y nada me importa hacerles daño. Pero ahora me inspira usted cierto interés, porque le creo bueno y franco á pesar de sus exterioridades arrogantes... ¡Márchese, no me busque! Es la mejor prueba de afecto que puedo darle.

Repito que carezco de conocimientos y de medios de expresión para explicarte esa frase ni ninguna otra por ese estilo. Pero si no puedo explicarla siento su verdad en el fondo del alma y me basta... Pero volvamos a ti. Por un don gracioso de Dios eres de los pocos que aun encerrados en mismos encuentran la dicha.

Pasaron días, y los deseos de mi amigo fueron satisfechos. Mi amigo tuvo brea en gran abundancia; pero como, en realidad, él no necesitaba la brea para nada, al verse lleno de ella se puso a ofrecerla. ¿Quién quiere brea? dijo . Yo puedo venderla en excelentes condiciones. ¿Vende usted brea? le preguntó un señor .Pues yo le compro a usted trescientas toneladas.

Haz que con pies y pensamientos prestos Vengan aqui, donde aguardando quedo La fuerza de tan validos supuestos. Mal podrá DON FRANCISCO DE QUEVEDO Venir, dixe yo entonces; y él me dixo: Pues partirme sin él de aqui no puedo. Ese es hijo de Apolo, ese es hijo De Caliope musa, no podemos Irnos sin él, y en esto estaré fijo.

Por parte de usted, aquello fué pedirme que olvidase sus agravios, y por la mía consentir. Acaso no era eso todo lo que usted deseaba, pero yo no podía conceder más. Después ha adquirido usted grandes derechos á nuestra gratitud y mi hermano asegura que yo sola puedo recompensar como conviene la afectuosa adhesión que usted le ha demostrado.

La suplicante se había arrastrado aún de rodillas hasta su lado. Ya me hago cargo de que se necesita tiempo para pensarlo. Aguardaré aquí toda la noche; pero no puedo marcharme sin que haya usted resuelto. No me lo niegue ahora. ¿Se lo llevará? lo veo en su hermosa cara, cara semejante a la que he visto algunas noches, soñando. Lo veo en sus ojos, doña María. Va a llevarse a mi hijo.

Está bien, Juanita dijo . Iré en tu compañía y te prestaré mi auxilio. Muy fina prueba de mi amistad te daré con esto, porque yo también puedo comprometerme. Entendámonos repuso Juanita . Yo no quiero tu auxilio. ¿Qué mérito tendría entonces mi victoria? no te comprometerás, porque te quedarás escondida y nadie sabrá que has estado en mi casa.