Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de octubre de 2025


La Señana y el señor Centeno, que habían hallado al fin, después de mil angustias, su pedazo de pan en las minas de Socartes, reunían, con el trabajo de sus cuatro hijos un jornal que les habría parecido fortuna de príncipes en los tiempos en que andaban de feria en feria vendiendo pucheros.

Pues nada, hijo, que ha habido conjunción de pucheros y el de María Villasis triunfa. Será más delicado. ¡Pchs!... Bizcochitos de monja y tocino de cielo... Prefiero el de Curra: es más sustancioso. ¿Pues cuál es?... Olla podrida.

¡Feliz yo si hubiera tantas perdices como las de mi plazuela de Herradores, tantos pucheros como mi olla de Madrid, tantas botellas como las de mi clásico manchego! Voy á terminar este dia con una pregunta: ¿se vive aquí mejor que en otras partes?

Prorrumpieron en copioso llanto Asunción y Presentación, lo cual dió al traste con la forzada entereza del Condesito, destinado a ser el terror de la Francia, y pasando de los pucheros a los hipidos, y de los hipidos a una violenta explosión de lágrimas, atronó la casa por espacio de un cuarto de hora. Ni por esas perdió D.ª María su serenidad, hablando a su hijo de asuntos extraños a la guerra.

Pedro llegó a donde pocas veces; a consentir que las criadas de la casa intervinieran en los asuntos de los negros pucheros de hierro.

Si se la pone cuando es pequeña dentro de una caña hueca, corre por dentro y toma su forma; y si se la deposita en jarros y pucheros de formas extrañas, o aun en los más humildes recipientes, también se adapta a ellos y crece según el molde.

Al encontrarse las dos amigas en mitad del carrejo, enzarzáronse en un abrazo, tan íntimo y apretado, que parecía una «engarra»; se comían a besos, y entre beso y beso se decían las mayores atrocidades; llegó Lita con su abuelo, y se repitió la escena, hasta que acabó la de Robacío por fijarse en y rompió a llorar por el difunto, de tan buena gana, que parecía no haber consuelo para ella, mientras su marido, que ya me había saludado, hacía sus correspondientes pucheros, y se enjugaban los ojos con los delantales Lita y su madre, que eran de suyo muy tiernas de corazón y pegajosas de las lágrimas.

Los dos amantes siguieron el camino a lo largo del tercer depósito, haciendo crujir bajo sus pies el polvo de carbón que ennegrecía el suelo. Pasaban hacia Madrid mujeres astrosas con niños dormidos en sus brazos; viejas arrugadas y negras como brujas, con pucheros destinados a recibir el rancho de San Bernardino.

La cocinilla no estaba desprovista de pucheros, cacerolas, botellas, ni tampoco de víveres. En el centro de la habitación, vio Benina un bulto negro, algo como un lío de ropa, o un costal abandonado. A la escasa luz que entraba después de cerrada la puerta, pudo observar que aquel bulto tenía vida. Por el tacto, más que por la vista, comprendió que era una persona.

Mi tío Ramón hacía pucheros de alegría y de íntima satisfacción. ¡El, sin sospecharlo, él, a sus sesenta y tantos años, había producido aquel verdadero atentado contra la regularidad del equilibrio lunar!

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando