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Actualizado: 25 de mayo de 2025
Bien sabes que me tienes dominado, fascinado, y que a la postre haré cuanto tú me mandes, incluso arrojarme al mar. No hacía más que expresarte una opinión... Si tú no quieres, nada de lo dicho... Trataba solamente de evitar a Cecilia un disgusto. ¡Presuntuoso! exclamó la niña sin volverse. ¿A que te figuras que Cecilia se va morir de pena?
En el estanco no se comía más que sopa, cocido, ensalada, y de postre fruta, cuando por barata hasta los soldados podían comprarla. La tacañería de Quintín suprimió los buñuelos de Todos los Santos, el besugo de Nochebuena y los panecillos de San Antón; en cambio para su daifa, pavo y perniles se le antojaban poco.
En los soportales de las casas de enfrente acaecía poco más o menos lo mismo; pero en la calle había poca gente, porque estaba cayendo pausadamente una agua menudísima que los vecinos de Nieva se habían acostumbrado a no despreciar, pues a la postre, y a pesar de sus modos blandos y sutiles, moja como cualquiera otra.
Nos sirvieron de postre unas chirimoyas, fruta tropical, y mi amigo, con su chirimoya en la mano, comenzó a hablarme de la autonomía catalana. Yo le miraba, a la vez que le oía, y tenía una sensación así como si fuese de la chirimoya de donde mi amigo sacaba las ideas.
El pesar que me había producido la vergonzosa escena de la mañana se fue disipando poco a poco, haciendo hueco a una esperanza, tan viva como infundada, de que a la postre todo se arreglaría dichosamente. Las ideas risueñas y triunfadoras de Villa se me pegaron. Para dos enamorados no hay obstáculos invencibles. Los que tropezaba en mi camino hacían la empresa más grata y apetitosa.
Pues fue porque no le está bien a un joven rico y de ilustre prosapia consumir así el tiempo entre muchachas; porque lo que es natural a los doce años resulta ridículo a los veintitrés; porque, al fin y a la postre, mi hija puede salir perjudicada de esas visitas tan repetidas. ¡Caballero! ¡caballero! exclamó Amaury. ¡Tenga usted compasión de Magdalena! ¿No ve que la está matando? Era verdad.
Digno émulo de Gonzalo Xeniz fué otro matón coetáneo suyo y el cual compartió con él las hazañosas empresas, viniendo á la postre á tener también desgraciado fin poco tiempo antes que el intrépido compañero. Juan García, llamado también El Bravo de las Galeras, era un mozo fiero y atrevido, soldado y terror de los vecinos de Triana en 1593.
Por la mayor parte de estas 24 horas hemos tenido pocos vientos, con algunos aguaceros y relámpagos, y á la postre turbonadas al NO; y á las 5 de la tarde pasamos entre una isla y la tierra firme, y la distancia entre las dos es 5 leguas.
Y me dijo: Estas son las verdaderas palabras de Dios. 10 Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo hagas; yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús; adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.
Insistió el joven cada vez con más afán. La generala cedió al cabo «por compasión, porque temía que hiciese una locura,» citándole para el día siguiente. Miguel debía pasear a pie y por la tarde hacia la Casa de Campo, y tropezar casualmente con el carruaje de Lucía: ésta mandaría parar y entablarían conversación, hasta que a la postre le invitaría a subir y dar con ella un paseo.
Palabra del Dia
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