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Actualizado: 27 de junio de 2025
Ventura, con su desdeñoso porte, con sus riquísimos vestidos, con la frialdad despreciativa con que trataba a sus conocidas, vengaba lindamente a aquella pobre mujer, a quien las señoras de Sarrió tanto habían hecho sufrir en vida. Se pasó el invierno en Tejada, un invierno crudo, como pocos lo habían sido. A temporadas llovió mucho, y esto hacía imposible el salir de casa.
JAHR. Del tratamiento homeopático de las Enfermedades de las mujeres; traducido del francés por D. Silverio Rodriguez Lopez, médico homeópata. Madrid, 1862. Un tomo en 8.º, 24 rs. en Madrid y 28 en prov., franco de porte. JAHR. Nuevo manual de Medicina homeopática.
Despidiéronse con fuertes apretones de manos, que a Miquis no le parecían nunca bastante fuertes. Isidora subió sumamente fatigada. Las de Relimpio le dijeron que había venido a visitarla un caballero de muy buen porte. Entró la joven en su cuarto, donde la esperaba una gratísima sorpresa. Sobre la cómoda había una tarjeta con el pico doblado. Capítulo V Una tarjeta
En aquellos tiempos la distancia que había de la puerta de la cárcel á la plaza del mercado no era grande; sin embargo, midiéndola por lo que experimentaba Ester, debió de parecerle muy larga, porque á pesar de la altivez de su porte, cada paso que daba en medio de aquella muchedumbre hostil era para ella un dolor indecible.
No merece igual alabanza la muchedumbre de aquéllos, que, arrastrados por el aplauso que se dispensaba en Francia á la llamada escuela romántica, se ocuparon en aclimatar en Madrid los dramas semi-salvajes de la Porte de Saint Martín, ó en imitarlos en sus propios escritos, ó aquéllos, que, abusando de la libertad adquirida, no conocían regla ni freno alguno: estos últimos escribieron en España muchos dramas detestables, llenos de crímenes nunca vistos, de infamias y de asesinatos, en que se ofrecían con placer al público los horrores más repugnantes, y que mostraban, en vez de hombres, verdaderos abortos de perversidad y de locura.
Cierto que ninguna, y mas cuando es una navegacion con tiempo hecho tan corta, que se puede hacer de 12 ó 14 horas, y no solo con embarcaciones de porte de las que en el dia navegamos, sino con chalupas como las que en el dia entran sirviendo en este rio para conducir paja: como se les ponga cubierta, se puede barquear desde el puerto de San José á este rio, y al contrario.
Madrid, 1862. Un tomo en 12.º, con 45 figuras intercaladas en el testo, 10 rs. en Madrid y 12 en provincias, franco de porte. Madrid: 1862. Imp. de D. C. Bailly-Bailliere. Tratado de las enfermedades venéreas y su tratamiento homeopático; traducido del francés al castellano, con autorizacion del autor, por un Doctor en medicina y cirugia. Madrid, 1861.
Tal suerte cupo á un barco de gran porte; dividido por el medio, los dos pedazos fueron destrozados, aplanados. Afirman los esquimales contemporáneos nuestros, que sus padres pescaron la ballena. Menos míseros en aquel tiempo, no era tan frío su país: ingeniábanse mejor, y probablemente conocían el hierro. Tal vez lo recibirían de Noruega ó de Islandia.
La luna estaba algo oculta por las nubes, pero a la luz opaca y nebulosa que esparcía, pude distinguir que aquellas dos figuras eran un hombre y una mujer. A él me fue imposible reconocerlo de espaldas; pero el porte y el modo de caminar de su compañera, al encaminarse con paso apresurado hacia el sombrío círculo de obscuros y desnudos árboles, me eran muy familiares. Aquella era Mabel Blair.
Este nuevo personaje, vestido por aquella manera, mitad morisca, mitad castellana, que aun usaba la nación vencida, bien mostraba cuya era su estirpe; si bien el buen porte de sus arreos, lo venerable de su barba, y el respeto que derramaba su persona, mostraba por otra parte no ser de vulgar condición.
Palabra del Dia
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