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Guardaba, en los agujeros del puente romano, su aparejo y su red para cuando la veda; sabía pescar al martillo, procedimiento que se reduce a golpear algunas losas del fondo del río y luego a levantarlas, con lo que quedan las truchas que han estado debajo inmóviles y aletargadas.

Este había mejorado muchísimo de salud en Sarrió, según decía a cuantos se le acercaban. Hizo traer de Madrid coche y caballos y compró una bonita balandra para pescar. Parecía disponerse a pasar todavía algunos meses en la villa.

El chasco le pareció pesado, y exclamó muy despechada: ¡Vaya unas emociones que tiene la pesca!... No encuentro definición más exacta que la que daba uno de la caña de pescar: «Un palo largo que termina por un lado en un pez y por otro en un tonto». Cuestión de gusto replicó tranquilamente Currita.

Al día siguiente, cuando llevaba piedras al extremo de la escollera, vió á un hombrecillo en una pequeña barca, que fingía pescar y se colocaba siempre cerca de su paso, sin asustarse de los remolinos que abrían en las aguas las piernas gigantescas al cortarlas ruidosamente. La insistencia del pescador acabó por atraer la atención de Gillespie.

Mañana repuso la abuela es día de Todos Santos; seguramente no saldrá a pescar el tío Pedro. Pues bien dijo la chiquilla , será pasado mañana. Tampoco se pesca el día de los Difuntos. ¿Y por qué? preguntó la niña.

Usted, compañera, no tiene ahora más remedio que aceptar el amparo de un hombre. Sólo falta que la suerte le depare un buen hombre. ¿Se echará usted a buscarlo por ahí entre sus relaciones, o saldrá a pescar un desconocido por las calles, teatros y paseos?

Y no se engañaron, pues se encontraron con muchas cuadrillas de aquellos bárbaros que, preguntados á dónde iban, respondieron que á pescar en el Parapití; pero se les escaparon de las manos estos peces que iban á buscar.

El día que menos, se mataban doscientas o trescientas arrobas; el dinero circulaba como una bendición de Dios, y los que, como Antonio, guardaron buena conducta e hicieron sus ahorrillos, se emanciparon de la condición de simples marineros, comprándose una barca para pescar por cuenta propia. El puertecillo estaba lleno.

La de Brenay está tratando de pescar en sus redes a este incomparable capitalista, mientras la ingeniosa madre de Paulina ha descubierto en Martimprey, el pueblo de al lado, un joven industrial cuya posición es tan tentadora, que la de Aimont ha inaugurado su plan de campaña haciendo la corte al cura del pueblo, que tiene una gran influencia con el joven en cuestión...

¿No ve usted, don Federico le dijo , qué guapa moza está Marisalada y qué corpachón ha echado? Momo, al oír a su abuela, murmuró guillotinando una sardina: ¡Idéntica a la caña de pescar de su padre!, con unas piernas y brazos que le dan el garbo de un cigarrón, tan alta y tan seca, que haría buena tranca para mi puerta, ¡jui!