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Actualizado: 2 de junio de 2025
El peón alzó la cabeza, y la placa dorada de su sombrero relució un instante. ¿Tendrá usted la bondad de decirme si falta mucho para la casa del señor marqués de Ulloa? ¿Para los Pazos de Ulloa? contestó el peón repitiendo la pregunta. Eso es. Los Pazos de Ulloa están allí murmuró extendiendo la mano para señalar a un punto en el horizonte.
¡Quita, quita! dijo rechazándole. Tengo que hacerte una pregunta. ¿Dónde has estado esta mañana? ¿Esta mañana?... En muchas partes. En casa, en el Saloncillo, en la cochera... en la punta del Peón... ¿No has estado en la calle de San Florencio? Sí; he pasado por allí dos o tres veces. ¿Y a quién has encontrado? ¡Chica, qué sé yo!... A mucha gente.
Había trabajado como un perro por la candidatura del partido repartiendo papeletas a las puertas de los colegios, tuvo una disputa con un municipal que le quería llevar atado, y lo sufrió todo... todo por el partido y el candidato... y ahora le ofrecían como recompensa un puesto de peón en el adoquinado, nueve horas de trabajo al sol y siete reales.
Al siguiente año, que esperaba tener algún beneficio del algodón y la caña, lo destinan de peón a la estancia o a los yerbales, o a otro paraje en que debe permanecer mucho tiempo; todo lo abandona y va a donde lo mandan, dejando todo su trabajo perdido.
Me acuerdo de mister Peterson, un ingeniero inglés empleado en las minas, un protestante muy ilustrado y fervoroso que no perdía ocasión de burlarse de la idolatría de los católicos y de su culto á las imágenes. Un día, un peón despedido por él del trabajo, le dió una puñalada de muerte.
La hospitalidad es allí un deber común, y entre los deberes del peón entra el de defender a su patrón en cualquier peligro o riesgo de su vida. Estas costumbres explicarán ya un poco los fenómenos que vamos a presenciar. Después del suceso de San Luis, Facundo se presentó en los Llanos revestido del prestigio de la reciente hazaña y premunido de una recomendación del Gobierno.
"Dile quién es, Laura, para que él nos aconseje. "Le dije quién era, un viejecito algo opa, que fue peón en la estancia nuestra. "Y Camucha, sin cambiar de postura, le explicó muy seria: "Figúrese, Julio; cuando Zoraida era criatura la llevó en los brazos, y ahora quiere llevarme a mí al registro civil. "En realidad, yo creo que si en vez de Lorenzo la pidiera Julio... ¡Quién sabe!
Sus palabras evocaban en el pensamiento del médico las minas, con su población miserable, roída por las necesidades materiales y la desesperación de los que sienten sed de justicia. Desde aquellos picachos rojos, transformados y revueltos por el pico del peón y el trueno del barrenador, un nuevo peligro espiaba á la villa opulenta y feliz.
A los gritos habían acudido también el jardinero y su mujer y un peón de los que trabajaban por allí cerca. Todos emprendieron juntos el camino de la casa satisfechos de que no hubiera acaecido nada malo. Pero Barragán tocó en el hombro a Reynoso y le dijo: Dispénsame un instante que vaya a recoger el caballo. ¡El caballo! exclamó su amigo en el colmo de la sorpresa . ¿Pero has venido a caballo?
A esta hora despaché todos los indios, habièndoles regalado aguardiente. bizcocho, harina y porotos. A las cuatro llegó un peon, de los que acompañaban al Super-intendente, con la noticia de que estaba ya á mas de medio camino del Rio Negro al Colorado dicho Señor.
Palabra del Dia
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