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Actualizado: 11 de julio de 2025
Comedia nuevamente compuesta por Francisco de Avendaño, muy sentida y graciosa, en la cual se introducen las personas siguientes: la Fortuna, un caballero quejoso de ella llamado Muerto, otro caballero herido de amor llamado Floriseo, una doncella llamada Blancaflor, dos pastores, el uno llamado Salaver y el otro Pedrucio, y un paje llamado Listino: 1553. No dice el lugar en que se imprimió.
En efecto, los pastores se ponían de acuerdo con los muchachos para cantar sus villancicos, y preludiaban en sus instrumentos. Uno de los chicuelos cantaba un verso, y después los pastores y los demás muchachos lo repetían acompañados de la zampoña, de la guitarra montañesa y de los panderos.
Por lo demás, es él quien hoy da valer y honra a todos los pastores protestantes, tenderos, rentistas o mercachifles que llevan su apellido en la tierra del honorable padre de su patria Jorge Washington.
En aquel tiempo, dijo, no había en Boston sino una iglesia, y sus pastores ó ministros eran Juan Wilson y Juan Cotton.
El Zapaterín mató un novillo tan a gusto del dueño, que éste lo sentó a su mesa, mientras los camaradas quedaban en la cocina con los pastores y mozos de labranza, metiendo la cuchara de cuerno en la humeante caldereta. Te ganaste la güerta en ferrocarrí, gachó. Tú irás lejos si no te farta er corazón. Tiés facurtaes.
Subió al cielo su madre, para que Vulcano le hiciera un escudo nuevo, con el dibujo de la tierra y el cielo, y el mar y el sol, y la luna y todos los astros, y una ciudad en paz y otra en guerra, y un viñedo cuando están recogiendo la uva madura, y un niño cantando en una arpa, y una boyada que va a arar, y danzas y músicas de pastores, y alrededor, como un río, el mar: y le hizo un coselete que lucía como el fuego, y un casco con la visera de oro.
Sin que yo se lo preguntase, Primo me enteró del carácter e historia de aquel dulce personaje. Había robado unos gallos cuando tenía dieciocho años. Le echó mano la Policía. Se fugó a la sierra. Comenzó a merodear, asaltando a los pastores y a los viajeros, pero nunca les exigía más que lo indispensable para vivir. Mató a un guardia. Ya no pudo presentarse, porque le costaba la cabeza.
Con gran atención iban escuchando todos los demás la plática de los dos, y aun hasta los mesmos cabreros y pastores conocieron la demasiada falta de juicio de nuestro don Quijote.
Estos pagos se hacen recaudando el Concejo á razón de un tanto por cada res que disfruta del puerto; y para entender en estos asuntos hay en cada pueblo un concejal que se llama alcalde de cabaña, á cuyo cargo está, por ende, cuanto se refiere á los pastores, al toro y á los perros.
¿Y por qué te ha pegado tu madrina? preguntaba Fray Diego mientras caminaban despacito para acomodarse al paso de la niña. Porque estaba jugando con los pastores. ¡Los pastores!... ¿Pero los pastores de don Pedro vienen a dormir a casa? Sí, señor; duermen en la caja de cartón. A ver, a ver, chica, ¿qué estas diciendo ahí? profirió el capellán deteniéndose.
Palabra del Dia
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