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Actualizado: 20 de mayo de 2025
Machín, sin atender a las indicaciones del atalayero, se lanzó sobre las olas amarillas de la barra, allí donde se confundían el cielo y el mar, y pasó él y pasamos nosotros con una velocidad vertiginosa, tan pronto en la cumbre de una montaña de agua, como casi atravesándola por en medio.
El mozo echó sus cuentas: yo le convenía con mis tres mil y pico de duros de renta; los perdí... pues ¡abur, amor mío! Hágase usted cargo de mi situación. Yo estaba acostumbrada a vivir bien, sin pensar en mañana, y de pronto... nada, lo que se llama nada. Empeñando y malvendiendo cuanto había en casa, ayudadas solamente por la viudedad de mi tía, pasamos algunos meses.
De la Plaza del Águila pasamos á la de Monterrey, y nos encontramos frente á frente del magnífico palacio de este nombre, que es otra de las maravillas de Salamanca, según podéis ver en los escaparates de los fotógrafos de esta villa y corte, y que sirvió de modelo para el Pabellón Español de la Exposición de París de 1867. Huímos, pues....., bien que jurándonos volver al cabo de pocas horas.
Lo pasamos con bastante trabajo; y habiendo caminado como cosa de tres leguas, llegamos á parar sobre la barranca del de los Sauces, á la banda del E, y los indios se pasaron de la otra parte, que hace como una península, donde le sirvió de asilo al Cacique Lincon cuando le insultaron los indios Ranqueles.
No tardé en tomar parte en la conversación, y ya había recobrado una parte de mi buena alegría cuando pasamos al comedor. Colocada entre el cura y Pablo de Couprat, me dirigí inmediatamente a éste, preguntándole: ¿Por qué no volvisteis al Zarzal? No he podido disponer de mis acciones, señorita. ¿Y habéis, por lo menos, deseado ir? Muchísimo, os lo aseguro.
De la plazuela de San Benito pasamos á otra no menos solitaria y monumental, denominada del Águila, siendo de advertir que, como no encontrábamos á nadie que pudiese indicarnos el camino, teníamos que guiarnos por la posición del sol, á fin de llegar pronto al hotel, pues iba siendo hora de almorzar..... en su reglamento y en nuestro estómago.
Pasamos malísimos ratos, eso sí añadió la señora; pero en cambio no conocemos el morir, y nuestro Genio Creador nos permite reunirnos en ciertas festividades para celebrar las glorias de la estirpe, tal como lo hacemos esta noche.
Fría no, respetuosa. ¡Otra vez! exclamó el conde riendo. Demasiado sabes añadió sentándose y acariciándole una mano que de hecho no hay en esta casa más señora que tú hace tiempo. Los criados, los niños, la condesa... yo mismo, pasamos la vida mirando tu semblante, estamos pendientes de la expresión de tus hermosos ojos como el marino de las mudanzas del cielo. Te has apoderado de todo mi ser.
Cuando pensamos ó queremos, somos de otro modo que cuando no queremos ni pensamos; y cuando pasamos de pensar ó querer una cosa, á pensar ó querer otra, este tránsito no puede verificarse, sin que experimentemos modos nuevos de ser. Esta es una cuestion difícil, profunda, una de las mas difíciles y profundas que puedan ofrecerse á la ciencia.
A las cuatro de la mañana empezamos á caminar, á las siete llegamos al Cerrito Colorado, anduvimos 8 leguas por el rumbo del SE; pasamos el resto del dia en registrar este puesto y observar: hallamos acampado al Sargento Mayor D. Francisco Sierra. Dia 4.
Palabra del Dia
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