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Actualizado: 3 de junio de 2025
Pues, entre investigadores y denuncias... nada, que me quieren cobrar doble contribución de la que pago... ¡Y no me da la gana! Pero, ¿con razón? Nunca hay razón para cobrar tanto. Claro que... en realidad debía pagar más... pero ¿quién paga lo justo? Nadie. ¿Y qué te dijo el ministro? Medias palabras.
Su superior me paga bien y me emplea para desembarcar los objetos de contrabando de que el convento está abarrotado; me emplea porque sabe que nadie mejor que yo conoce las revueltas y los escondrijos de esta costa, y que, si me prenden, en nada he de comprometerle... Pero ¡anatema, como usted dice, anatema! estoy maldito.
Una muger habia, llamada Ana, Entre otras damas bellas y hermosas; Tomò paga del cuerpo una mañana, Forzada de la hambre, y hecha iguala, Al pretensor envia en hora mala.
Estos artistas de verso también paran a veces en la cárcel, según el gobierno que rige los destinos de la Nación. Suele tener la culpa el empresario que no paga y además insulta el hambre de los actores.
Y cuando veía que, como entre nosotros sucede con frecuencia, un hombre joven, de palabra llameante y talento privilegiado, alquilaba por la paga o por el puesto aquella insignia divina que Juan creía ver en toda superior inteligencia, volvía los ojos sobre sí como llamas que le quemaban, tal como si viera que el ministro de un culto, por pagarse la bebida o el juego, vendiese las imágenes de sus dioses.
Castro Pérez se paga mucho de exterioridades, y para tenerle propicio es necesario halagarle. Es maniático, y la menor cosa le contraría. Ya te dejo preparado el campo. A tí te corresponde lo demás. «Ven por acá.
Y no creas continuó que aquí se despilfarra ni se deja de hacer dinero de todo lo utilizable. El jardín, que tantos años fue de tu familia, lo dio en arrendamiento el cabildo desde la muerte de tu hermano. Veinte duros al año paga tu tía Tomasa para que lo explote su hijo, y eso porque, como sabes, la vieja es gran amiga de Su Eminencia, pues le conoce desde niño.
123 Pero ahi me puede quedar pegao pa siempre al horcón, ya era casi la oración y ninguno me llamaba; la cosa se me ñublaba y me dentró comezón. 124 Pa sacarme el entripao vi al mayor, y lo fi a hablar; yo me lo empecé a atracar, y como con poca gana le dije: tal vez mañana acabarán de pagar. 125 ¡Que mañana ni otro día!, Al punto me contestó: la paga ya se acabó; ¡siempre has de ser animal!
Es de advertir que se crean diez clases de cédulas, desde la 1.ª, que importa veinticinco pesos, hasta la 9.ª, en escala gradual descendente, por la que se paga un peso y medio, pues la 10.ª es gratis, creada para los pobres de solemnidad, así como existe otra de privilegiados, igualmente gratis, á la que tienen derecho los Gobernadorcillos, sus mujeres, los munícipes, cabezas de barangay, etc.
Ni codicia ni exigencias... ¡Lástima de chica! La verdad es que da compasión. Pero yo no he de cargar con ella para toda la vida. Lo que no puedo hacer es andar con tacañerías. Conque... estudiemos fríamente el caso. A una pérdida le daría tanto o cuanto, según su categoría y su modo de vivir, como quien paga cuenta de fonda con arreglo al lujo y fama de la casa.
Palabra del Dia
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