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Ya ves, te hago una verdadera confesión, te haría todas las que quisieras. Con el ánimo de crear un ambiente más cordial y propicio para la confidencia, procuró Muñoz halagarle, mientras apuraba copitas de verde Chartreux, para salir de su abatimiento.

Por las mañanas lo mejor era no hacerle caso, aparentando sumisión a sus exigencias; por las noches no había más remedio que halagarle y mimarle un poco; que otra cosa habría sido cruel. Diferentes veces, en las intimidades con su cara mitad, Maximiliano había expresado esas tristezas tan comunes en los matrimonios que no tienen hijos.

¿Con qué derecho le cortarías la nariz si él no te ha cortado la tuya? ¿Pero quién sería capaz de hacer entrar en razón a un hombre joven a quien acaban de apabullar la nariz en presencia de su amante? Ayvaz sentía sed de sangre, y Ahmed tuvo que halagarle sus deseos. Sea le dijo. Representamos a nuestro país en el extranjero, y no debemos recibir una afrenta sin dar una gallarda prueba de valor.

Castro Pérez se paga mucho de exterioridades, y para tenerle propicio es necesario halagarle. Es maniático, y la menor cosa le contraría. Ya te dejo preparado el campo. A te corresponde lo demás. «Ven por acá.

Miro otra vez a Villa y le veo contestando al saludo con profunda reverencia y azucarada expresión, colorado hasta las orejas. Es ella me dijo con voz temblorosa. Bonita respondí yo por halagarle y porque así era. ¡Divina! replicó poniendo los ojos en blanco. ¡Y si viera usted qué talento! Mire usted, el otro día tuvo una ocurrencia felicísima...

Un día, él entonces era ministro, estaba yo en su despacho, con otros amigos, cuando entró, después de anunciarse, un jovencito provinciano, muy tímido, con una carta de recomendación. El ministro le tomó la carta, la leyó, le prometió un empleo. Después, por halagarle, se puso a conversar un rato con él.

Y dejando a don Simón más turulato de lo que estaba, cogía S.E. a otro diputado y le decía algo que pudiera halagarle; mientras a Peñascales le agarraba un disidente, y pintándole con vivos colores la situación de la patria, y ofreciéndole en nombre de su partido torres y montones, ponía al Ministerio y a los ministeriales como trapos de fregar.