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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Su timidez estaba contrapesada por una buena dosis de fanfarronería: su avaricia por un conocimiento profundo de los hombres. Sabía bien que el aparato, la ostentación de las riquezas, influye notablemente hasta en el ánimo de los más despreocupados; contribuye en sumo grado a inspirar la confianza necesaria para acometer empresas importantes.
A lo que dijo el ama: -Díganos, señor: en la corte de Su Majestad, ¿no hay caballeros? -Sí -respondió don Quijote-, y muchos; y es razón que los haya, para adorno de la grandeza de los príncipes y para ostentación de la majestad real. -Pues, ¿no sería vuesa merced -replicó ella- uno de los que a pie quedo sirviesen a su rey y señor, estándose en la corte?
En su trato y relaciones, así con la gente seglar y profana como con la mayoría de sus hermanos los religiosos, el Padre Ambrosio de Utrera, si bien mostraba, sin vanidosa ostentación y cuando convenía, la ciencia teológica que con sus estudios había adquirido y que atesoraba su inteligencia, todavía guardaba, en lo más hondo y arcano de su mente, cierta filosofía oculta que la prudencia, y tal vez compromisos y deberes de secta, le prescribían no revelar por completo a nadie.
De un lado el lujo de la naturaleza, indomable y grandiosa, perfumada y llena de misterio; del otro el lujo de la civilizacion, de la ciencia, y la ostentacion de la fuerza vencedora del hombre.
Tiene pocos o ningunos principios, y pasa, sin embargo, por haberse mostrado virtuosa en más de una circunstancia. Pero emplea una especie de ostentación en adornarse con la amistad de Lacante, cuyo alcance parece que trata de acentuar. Y es que así conviene a su vanidad.
La ostentación de fuerzas numerosas le incomoda; pocos soldados, pero bien instruídos. Dejadle formar un ejército, esperad que os diga: ya está en estado, y concededle que escoja el terreno en que ha de dar la batalla, y podéis fiarle entonces la suerte de la República.
Para mayor decoro y ostentación de la Embajada, marchaban enseguida muchos empleados y gentiles hombres asistentes al solio pontificio, y la guardia de honor de Su Santidad, compuesta de arqueros suizos y de lanceros griegos y albaneses.
Ni a D. Juan ni a su hija se les pudo sacar una palabra; pero cierta doncellita enteró a todo el mundo de que D. Juan había rehusado en términos desdeñosos, que Granate hizo ostentación de sus millones y aun se autorizó el manifestar que Fernanda no encontraría un matrimonio más ventajoso. Entonces D. Juan se incomodó, le llamo zángano y lo despidió con cajas destempladas.
Era su dueño un filósofo retirado del tráfago del mundo, que cultivaba en paz la sabiduría y la virtud, y que nunca se aburria. Habia tenido gusto especial en edificar este retirado albergue, donde recibia á los forasteros con una dignidad que en nada se parecia á la ostentacion.
Pero callaba viendo que la hermana seguía sus consejos económicos y según sus palabras no estiraba el pie fuera de la sábana. Pero llegó el momento en que las niñas se convirtieron en unas señoritas, conservando sus relaciones amistosas con sus antiguas compañeras de colegio, y doña Manuela sintió el afán de ostentación de toda madre que tiene hijas casaderas.
Palabra del Dia
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