United States or Bosnia and Herzegovina ? Vote for the TOP Country of the Week !


En vez del seis o del siete, haría ganar a doña Luz el nueve o el diez por ciento sobre el capital; tres por ciento de ventaja; pero, como él hallaría modo de colocar el dinero al doce y hasta al quince, sobre buenas hipotecas o con escritura de depósito o con otros medios conminatorios para la seguridad, por aquello de que el miedo guarda la viña, D. Acisclo se veía ya convertido en algo como director de un banco hipotecario, de un artilugio ingenioso, de una bomba absorbente, para quedarse con todas las tierras y ochavos de la provincia, haciendo ganar a doña Luz muchísimo más de lo que su capital antes ganaba.

Pero V. dice, y dice muy bien, desde su punto de vista, ¿por qué no he de ser yo, que no soy más bobo que otro cualquiera, quien, si no en todo, en parte, se encargue de hacer esos prodigios benéficos y providenciales, y quien reciba y reparta a su gusto los ochavos que para hacerlos hay que largar?

Por consiguiente, ¿a quién puede ocurrírsele que voy a reñir por cuestión de ochavos con la hija de mi corazón?... Aquí no ha habido más que una equivocación. Yo necesitaba tiempo para poner en claro mis asuntos.... Eso es todo.... Pero si es que has podido suponer otra cosa, hija mía, sólo puedo decirte esto.... Lo que hay en esta casa es tuyo y siempre lo ha sido.

Un aldeano que toma el gusto a los ochavos y sueña con trocarlos en plata para convertir después la plata en oro, es la bestia más innoble que puede imaginarse; porque tiene todas las malicias y sutilezas del hombre y una sequedad de sentimientos que espanta. Su alma se va condensando, hasta no ser más que un graduador de cantidades.

Y habiéndosela ya dado secretamente, veis aquí do vuelve el estudiante trasudando y turbado de muerte, y viendo a Cortado, le dijo si acaso había visto una bolsa de tales y tales señas, que, con quince escudos de oro en oro y con tres reales de a dos y tantos maravedís en cuartos y en ochavos, le faltaba, y que le dijese si la había tomado en el entretanto que con él había andado comprando.

Tampoco en esta novela de Los cuatro ochavos triunfa la virtud en el mundo. Teodorita y Ricardo son los que triunfan. Bien puede decirse que son ellos los que matan a disgustos a D. Antonio. El fin de la novela no puede ser más trágico. Si sólo se atiende a lo material y externo de la vida humana, no puede ser más pesimista. Soledad queda desvalida, acusada de ladrona y casi deshonrada.

Alfonso sabía engolosinar a su madre con caricias astutas cuando quería obtener de ella algunos ochavos, y la besuqueaba y hacía mil zalamerías. Un secreto, mamá decía subiéndosele al regazo, y abrazándola y aplicándole su boca al oído . Un secreto... Ya, ya, ¡ay, qué rico!, lo que mi ángel quiere es un cuartito, ¿verdad?

Venían con esto los ochavos trompicando y ganaba mucho dinero. Y ganara más si no se me atravesara un mocetón mal encarado, manco de los brazos y con una pierna menos, que me rondaba las mismas calles en un carretón y cogía más limosna con pedir mal criado.

Este tocó a recoger diciendo: Alto y parad, hermano Canique: bien lo habéis hecho, y ahora rescatemos estos trofeos, quiero decir que nos los rescatarán, trocándolos por blancas y ochavos, no de otra suerte que hizo vuestro capitán y el mío, Francisco Carvajal, en aquel de Roma.

Trataba de formar un campo y nunca supo sino espulgarse en él. Nombraba castillos y apenas los había visto en los ochavos. Celebraba mucho la memoria del señor don Juan, y oíle decir yo muchas veces de Luis Quijada que había sido honra de amigos.