Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de junio de 2025
Bien poco durarán estos enojos, Que ya la muerte viene apercebida Para llevar en presto y breve vuelo A quantos pisan de Numancia el suelo: Principios veo que prometen presto Amargo fin á nuestra dulce tierra, Sin que tengan cuidado de hacer esto Los contrarios ministros de la guerra; Nosotros mismos á quien ya es molesto Y enfadoso el vivir que nos atierra, Hemos dado sentencia inrevocable De nuestra muerte, aunque cruel, loable.
Nuestro disignio á todas es patente, Todas lo saben, ya no queda alguna Que no se quexa dello amargamente; Y dicen que en la buena ó ruin fortuna Quieren en vida y muerte acompañarnos, Aunque su compañia es importuna. Aqui entran quatro ó mas mugeres de Numancia, y con ellas LIRA, las mugeres traen unas figuras de niños en los brazos, y otros de las manos, excepto LIRA que no trae ninguno.
Numancia, de quien yo soy ciudadano, Inclito General, á tí me envia Como al mas fuerte Cipion Romano, Que ha cubierto la noche, ó visto el dia, A pedirte, señor, la amiga mano En señal de que cesa la porfia Tan trabada y cruel de tantos años, Que ha causado sus propios y tus daños.
Cuando se conoce á fondo el teatro antiguo, es fácil de contestar el aserto de que la Numancia es una obra aislada y única en toda la literatura española, puesto que por su forma, estilo y traza general se asemeja á las comedias de Juan de la Cueva, especialmente al Saco de Roma; como tampoco puede negarse que es muy superior á todas las obras del poeta sevillano.
Mas ya que salga mejor Que yo pienso, esta hazaña, Qué ciudad hay en España Que quiera daros favor? Mi pobre ingenio os advierte Que si haceis esta salida, Al enemigo dais vida, Y á toda Numancia muerte. De vuestro acuerdo gentil Los Romanos burlarán; Porque, decidme, qué harán Tres mil contra ochenta mil?
Severiana tenía su cama en la alcoba interior, y la sala primera estaba destinada a recibir visitas, como lo declaraban el relativo lujo de la cómoda, las sillas de Vitoria nuevecitas, el sofá de lo mismo, la mesa con cubierta de hule, el cuadrito de los dos corazones amantes, el de la Numancia en mar de musgo, los retratos de militares cuñados de Severiana, la estera de esparto flamante y sin ningún agujero, de empleitas rojas y amarillas, y en fin, las laminotas que recientemente habían sido adquiridas en el Rastro por una bicoca.
Sí, dixe yo: muchas, y á no ser mias, me parecieran dignas de alabanza, como lo fueron: Los Tratos de Argel: La Numancia: La gran Turquesca: La Batalla Naval: La Gerusalen: La Amaranta ó La del Mayo: El Bosque amoroso: La Unica y la vizarra Arsinda, y otras muchas de que no me acuerdo; mas la que yo mas estimo, y de la que mas me precio, fue y es, de una llamada La Confusa, la qual, con paz sea dicho de quantas comedias de capa y espada hasta hoy se han representado, bien puede tener lugar señalado por buena entre las mejores.
Si no me engaña el pensamiento mio, O salen mentirosas las señales, Que haveis visto en Numancia, del estruendo Y lamentable son, y ardientes llamas, Sin duda alguna que recelo y temo Que el barbaro furor del enemigo Contra su propio pecho no se vuelva: Ya no parece gente en la muralla, Ni suenan las usadas centinelas, Todo está en calma y en silencio puesto Como si en paz tranquila y sosegada Estuviesen los fieros Numantinos.
Todas ellas, aunque adolezcan más ó menos de las faltas indicadas, contienen también muchas bellezas parciales, así morales como estéticas, y abundan á veces en notables escenas, que pueden servir de prueba del talento dramático del autor de la Numancia, y no merecen pasar desapercibidas.
Y no imagines que temor nos lleva A pedirte las paces con instancia, Pues la larga experiencia ha dado prueba Del poder valeroso de Numancia: Tu virtud y valor es quien nos ceba, Y nos declara que será ganancia Mayor de quantas desear podremos Si por señor y amigo te tenemos. A esto ha sido la venida nuestra: Respondenos, señor, lo que te place.
Palabra del Dia
Otros Mirando