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Actualizado: 18 de junio de 2025


A la academia de Castillo acudió cuando contaba doce años, en 1630, Bartolomé Murillo, llevado al estudio por cercano pariente, no faltando algunos autores que apunten que el luego celebérrimo artista sevillano era sobrino de su maestro.

Al contemplar todas esas figuras, bajo las sombras del templo desierto, se comprende bien la superioridad de los genios que, profundamente agitados por el sentimiento de la piedad y la idea cristiana, han creado un arte nuevo, dándole el sello de la majestad, la uncion y la santidad. Esto es precisamente lo que mas resalta al recorrer el salon que contiene únicamente obras de Murillo.

Lope y Cervantes, Velázquez y Murillo, recuperaron para la Patria en los dominios de la belleza aquella estimación y supremacía que perdimos en lo político y material por la ineptitud y bajeza de los altos poderes del Estado.

Butrón tomó la palabra, extendiendo la peluda mano: Respondo de María Villasis dijo enérgicamente . Lo que dices es cierto, Beatriz; pero la pifia de Bravo Murillo la enmendé yo mismo... María acudió entonces a muy alarmada, pidiendo explicaciones categóricas, y yo la prometí solemnemente que la Restauración conservaría a todo trance la unidad católica como la joya más preciada de las glorias de España.

No hablo de la maestría del pincel. El alma, un alma muy llena de grandes afectos y de grandes verdades, es el pincel que pinta cuadros como el que miro. Vuelvo los ojos á otro lado, porque no quiero decir más. Sólo añadiré dos palabras acerca de su historia. Cierto convento de Sevilla encargó esta ASUNCION á Murillo.

Estaba como asustado y clavaba en la señora las estrellas de sus ojos. Jacinta había visto ojos lindos, pero como aquellos no los había visto nunca. Eran como los del Niño Dios pintado por Murillo. «Ven, ven» le dijo llamándole con ese movimiento de las dos manos que había aprendido de las madres.

Permitan vuestras reverencias, contestó Murillo, que coloque el cuadro en donde debe estar, y si entonces no agrada á vuestras reverencias, me lo llevaré, porque, gracias á Dios, esta vírgen no come pan en casa de su amo. Poco ó nada ganarán en ello pintor y pintura, porque el convento vuelve á deciros que ese cuadro no sirve.

Casi siempre las mas grandes producciones del genio han nacido en momentos críticos y en las sombras del recogimiento. Casi sería inútil, y acaso pretensioso, hacer una eleccion cualquiera entre los veintitres cuadros de Murillo, que valen mas de quinientos mil pesos, al decir de algunos conocedores. Todos son á cual mejor.

La humanidad ha visto esta sacra persona con distintos ojos, ora con los de Alberto Dürer, ora con los de Rafael Sanzio, o bien con los de Van Eick o Bartolomé Murillo.

Cancionero de Gómez Manrique, tomo II. Historia de la literatura y del arte dramático en España, por Adolfo Federico, conde de Schack, tomo II. Leyendas moriscas, tomo II. Estudios históricos, por D. Aureliano Fernández-Guerra. Novelas de Salas Barbadillo. Los pedidos de ejemplares ó suscriciones se harán directamente á la librería de D. Mariano Murillo, calle de Alcalá, 7. Véase la obra del Dr.

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