Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de junio de 2025
Y estampaba en las mofletudas mejillas de su hijo esos estrepitosos y apretados besos de las madres, que parecen mordiscos del alma. El niño, enjugándose sus grandes ojos de un azul profundo, como el mar visto de lejos, no se enteraba de nada.
Los suplicios más feroces que ve Dante en su Infierno, las abominaciones y espantos de los más ascéticos libros cristianos, como Gritos del infierno, Estragos de la lujuria, y otros así, son niñerias y amenidades, si se comparan con lo que Baudelaire refiere cuando él mismo se ve ahorcado, podrido y hediondo, entre una nube de murciélagos y de grajos que le sacan los ojos á mordiscos y picotazos y se le comen por do más pecado habia, y con lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que era un demonio familiar, el cual araña y destroza á su amiga en sitios tan sensibles y ocultos.
Vió hombres clavados por el vientre en el extremo de un fusil, mientras una punta enrojecida asomaba por sus riñones; culatas en alto cayendo como martillos; adversarios que se abrazaban rodando por el suelo, pretendiendo dominarse con patadas y mordiscos.
Con esta explosión de las ingenuidades de Sagrario, cuatro mordiscos de la lima sorda de Leticia, y media docena de comentarios de la neófita, no tan cortos de alcance como pudieron creer sus amigas, tomándolos en toda su apariencia, terminó aquella entrevista, que no la enseñó mucho más de lo que ella sabía o sospechaba.
La maternidad apasionada y ruidosa de la hembra popular estallaba con fieros arrebatos a la vista de los pequeños. Los besos parecían mordiscos; las caras de los asilados se enrojecían con los violentos restregones; muchos se echaban atrás, como temerosos de la primera efusión.
Lo que pasa entre los peces pasa entre los hombres; sólo que nosotros no abrimos la boca y nos tragamos la víctima de golpe, lo cual, después de todo, es una ventaja para ella, sino que la vamos devorando a pequeños mordiscos, arrancándole la carne hasta dejarla en esqueleto... ¿No me ve usted a mí? añadió con sonrisa feroz apuntando a su rostro. El pez que me ha comido lo entendía.
Lo único que hizo fué dar algunos mordiscos al pan y al apetitoso queso que llevaba de repuesto. Por aquella parte del camino se cruzó el viajero con buen número de personas. Vió primero á dos frailes dominicos de negros hábitos, que pasaron sin mirarle siquiera, fija la vista en el suelo y murmurando sus oraciones.
Un guardia quiso prender a la oradora, pero sus compañeras la defendieron a palos, mordiscos y arañazos... Salió un sable de la vaina, y allí fue Troya. Un diluvio de piedras y medios ladrillos cayó sobre los representantes del poder; y todos quedaron iguales; así los mal nombrados por el gobierno, como los peor elegidos por el pueblo.
Lo cierto es que a estos prontos, seguía un estado de irritabilidad tan grande, que andaba por la casa dando mordiscos a sus hermanos, a los criados, hasta a sus padres: a don Bernardino le sobajaba de lo lindo y a la madre la ponía motes irrespetuosos. Ya está atufada Angelita decía misia Gregoria, no hacerle caso y dejarla.
Palabra del Dia
Otros Mirando