Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de junio de 2025


Negociante necio, negociante mentecato, no te apresures; espera sazón y coyuntura para negociar: no vengas a la hora del comer ni a la del dormir, que los jueces son de carne y de hueso y han de dar a la naturaleza lo que naturalmente les pide, si no es yo, que no le doy de comer a la mía, merced al señor doctor Pedro Recio Tirteafuera, que está delante, que quiere que muera de hambre, y afirma que esta muerte es vida, que así se la Dios a él y a todos los de su ralea: digo, a la de los malos médicos, que la de los buenos, palmas y lauros merecen.

Los dos se miraron, él con estupor, ella con cólera. Me has dado, por cierto, muy exactas noticias ... Te felicito ... Parece que Mauricio y él no han cesado de verse en su vida. ¿Quién era el que les espiaba por encargo tuyo? El portero del señor Aubry. Pues te ha robado el dinero y se ha burlado de ti. ¿De quién fiarse entonces? De mismo, y esto á condición de no ser un mentecato.

Entre el oleaje sangriento de la gran Revolución francesa, juzgaba él que hubiera sido, por su talento, un Mirabeu; por su valor, un Lafayette; mas entre los cenagosos remolinos de la Revolución española del 68, tan sólo fue, a juicio de los que le conocieron, como político, un pobre demonio; como caudillo, un gran mentecato.

Dando luego algunos pasos a lo largo de la cuadra, en uno y otro sentido, comenzó a decir, con la entonación grandiosa y el ademán vasto y pulpitable que usaba en ciertas ocasiones: ¿Dónde está el tirano? ¿Dónde la sinrazón? ¿Hasta cuándo abusaréis de la real paciencia? ¿Quién que no sea un mentecato puede decir que la república se pierde? ¿Hubo, por ventura, en los siglos otra nación más temida y envidiada que lo es hoy día la española?

Oyendo el relato de tales escenas infantiles se pasa el mentecato de tu hermano sabrosamente el tiempo, y no tiene ganas de volver a Madrid. ¿Querrás creer, querida hermana, que encuentro más sabiduría en las palabras de Maximina que en los cursos de sistemas coloniales que nos da en su casa el conde de Ríos? Indudablemente, estoy perdido.

Con la extremada bondad que le es propia, no ha hecho Vd. más que alabarme a D. Luis, y tengo por cierto que a D. Luis le habrá Vd. hecho de mayores elogios aún, si bien harto menos merecidos. ¿Qué había de suceder? ¿Soy yo de bronce? ¿Tengo más de veinte años? Tienes razón que te sobra. Soy un mentecato. He contribuido poderosamente a esta obra de Lucifer.

-Pardiez, vuesa merced tiene razón -respondió el castellano-, que aconsejar a este buen hombre es dar coces contra el aguijón; pero, con todo eso, me da muy gran lástima que el buen ingenio que dicen que tiene en todas las cosas este mentecato se le desagüe por la canal de su andante caballería; y la enhoramala que vuesa merced dijo, sea para y para todos mis descendientes si de hoy más, aunque viviese más años que Matusalén, diere consejo a nadie, aunque me lo pida.

-En ninguna manera me enojaré -respondió don Quijote-. Bien puedes, Sancho, hablar libremente y sin rodeo alguno. -Pues lo primero que digo -dijo-, es que el vulgo tiene a vuestra merced por grandísimo loco, y a por no menos mentecato.

Entonces, como era en sazón oportuna, fuiste un grande hombre; hoy me pareces un charlatán o un mentecato, y o te desprecio, o te abomino. Adiós para siempre. Para siempre acabaron ya nuestros amores. AUTOR. ¿Qué es esto, amigo Seelenführer? ¿Es verdad o mentira? Si es burla de Carmela, es burla harto pesada, y si son veras, las veras son más pesadas aún.

Y sacó del bolsillo otra carta de Chiclana, provincia de Cádiz, en la cual se leía también la palabra sibilítica, el misterioso conjunto: ¡Mentecato! La situación de Jacobo no era para reír mucho, y apagóse bien pronto el arranque de hilaridad que le había producido aquella burla pacientísima que no podía ser de otro que de Diógenes.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando