Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de junio de 2025


Era esta una absurda mezcla de misticismo y sexualidad de superstición fanática y despreocupación; valiéndose de lo sobrenatural para cometer los actos de la más desenfrenada lujuria y del más refinado placer material. Un autor, tan poco sospechoso como Menéndez Pelayo, ha escrito estas líneas, explicando la herejía de los alumbrados.

Hasta en el extranjero halló eco este regocijo, y el Barón Davillier reimprimió lujosamente el libro editado por Alfaro y lo tradujo al francés, poniendo al frente un retrato de Velázquez grabado al agua fuerte por Fortuny . Por último, Menéndez Pelayo en su admirable Historia de las ideas estéticas en España, aceptó también la autenticidad. Mas después se ha iniciado una corriente contraria.

Desde entonces, así los que compusieron los prólogos, introducciones y notas á los varios autores que publicó Rivadeneyra, como otros eruditos que tal vez han venido después, y entre los que descuellan Menéndez y Pelayo, Adolfo de Castro, Laverde y Canalejas, han ido juzgando y estimando en lo que se debe nuestra amena literatura, poesía lírica y épica, novelas y teatro, y hasta nuestros historiadores, filósofos y demás hombres de ciencia.

"Lope hace revivir en la escena dice el señor Menéndez Pidal en L'epopée castillane todos los tipos, las costumbres, las regiones de España, que jamás ha conocido nadie tan íntimamente como él, y al mismo tiempo vuelve a tratar por su cuenta los asuntos de la antigua epopeya, reconociendo en ella la poesía hereditaria de la raza española."

Contiene, además de la novela, una advertencia preliminar del arcediano D. José María Navarro, maestro y amigo que fue del malogrado traductor, un breve discurso de D. Marcelino Menéndez y Pelayo y como apéndice la alegoría mística Hay Benyocdan de Avicena, porque según dicen los arabistas, el nombre de Hay Benyocdan equivale al Viviente hijo del Vigilante, y viene a significar al hombre que piensa en las cosas divinas.

Observaciones preliminares de don Marcelino Menéndez y Pelayo en la edición de las Obras de Lope de Vega publicada por la Real Academia Española, t. XI, páginas XXX-XLI. En mis tiernos años.

Mutatis mutandis lo propio puede decirse de la Antología del Sr. Menéndez y Pelayo. En lo expuesto hasta aquí, no creo yo que haya razón suficiente para que los rebeldes de Cuba nos hagan la guerra á sangre y fuego, poniéndonos en idéntica situación en que Dionisio, tirano de Siracusa, puso á un filósofo crítico que había en su corte.

La poesía le parecía muy respetable, y sabía de memoria muchos versos; pero las dificultades del consonante siempre le habían retraído del cultivo de las musas; despreciaba, porque su sinceridad de hombre de sentimiento y de convicciones no le permitían otra cosa, despreciaba los ripios y hasta los consonantes fáciles; y así, las pocas veces que había ensayado la gaya ciencia, se había ido derecho al peligro, a la rima difícil; y hasta recordaba que la última vez que había arrojado la pluma con el propósito de no insistir en versificar, había sido con motivo de querer escribir un soneto a un señor Menéndez, que había fundado una obra pía.

Ejemplares especiales, á 6, 7-1/2, 10, 25, 30 y 250 id. POESÍAS de D. Andrés Bello, con prólogo de D. M. A. Caro, Director de la Academia Colombiana, y retrato del Autor. OBRAS de D. P. A. de Alarcón. Diez y seis tomos, 63 pesetas. ODAS, EPÍSTOLAS Y TRAGEDIAS, por D. M. Menéndez y Pelayo. Un tomo con retrato del Autor y prólogo de D. Juan Valera, 4 pesetas. Ejemplares especiales.

R. Menéndez Pidal, Notas para el romancero del conde Fernán González, en Homenaje a Menéndez y Pelayo, I, 460 y nota 2. segunda, asegunda. "Es, pues, el caso que él estuvo quince días en casa muy sosegado, sin dar muestras de querer segundar sus primeros devaneos." Quijote, I.ª, VII.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando